Los Encuentros Económicos de Aix-en-Provence, que tuvieron lugar desde el jueves por la noche hasta el domingo, son tradicionalmente para los políticos la oportunidad de sembrar algunos pequeños guijarros para el comienzo del nuevo año escolar. Acostumbrado al ejercicio, Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas, ha querido preparar la mente de la gente para los difíciles debates que se avecinan en torno al presupuesto de 2024. El texto, que estará finalizado a principios de septiembre, forma parte de un contexto económico limitado de tipos al alza, desaceleración económica y relativa resiliencia de la inflación.
“Con motivo de la presentación del proyecto de presupuesto para 2024 daré las nuevas perspectivas de crecimiento para 2023 y 2024. A partir de ahí haré propuestas al Presidente de la República sobre la tasa de reducción de impuestos”, explicó el ministro en LCI. El segundo tramo de recortes de impuestos a la producción de 4 mil millones de euros, que se había trasladado del presupuesto de 2023 al presupuesto de 2024, parece comprometido.
“En el próximo presupuesto vamos a reducir el gasto en vivienda, salud y empleo”, recordó nuevamente Bruno Le Maire al margen de las reuniones. Los resquicios de la fiscalidad marrón, es decir, en total contradicción con la transición ecológica, también están a la vista, y más concretamente el del gasóleo no vial (GNR), que supone un coste cercano a los 1.000 millones de euros para las finanzas estatales. Bercy planea eliminarlo en varias etapas, la primera ronda de tornillos se establece para 2024. Se están negociando con agricultores y empresas de obras públicas que se encuentran entre los principales usuarios de GNR. En total, el ejecutivo espera obtener un ahorro (frente a la tendencia del gasto) cercano a los 15.000 millones de euros.
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Más allá de las finanzas públicas, Bruno Le Maire hizo un llamado a la ciencia “que nos permitirá ganar la batalla climática”. Mientras Bruselas avanza en la regulación de la inteligencia artificial, la ministra prefirió insistir en la necesidad de innovar, afirmando que «tener una IA abierta europea (llamada así por la empresa californiana) dentro de cinco años, con calculadoras, los científicos necesarios y algoritmos , era totalmente posible”.
Al igual que los otros miembros del gobierno presentes o el ex primer ministro Édouard Philippe, Bruno Le Maire, por otro lado, evitó cuidadosamente comentar los rumores de una reorganización inminente. Explicarían la ausencia de Elisabeth Borne, que sin embargo debía concluir las reuniones. En los cafés y hoteles de los alrededores de Jourdan Park, donde se desarrolla la manifestación, su ausencia animó todas las conversaciones.
Como cada año, además de economistas, políticos y periodistas, la mitad del CAC 40 e infinidad de comunicadores se dieron cita en estos dos días de reflexión y trabajo en red.
El tema de la esperanza, elegido por Jean-Hervé Lorenzi, el fundador del Círculo de economistas, para estos encuentros, se declinó lógicamente en torno a numerosas mesas redondas dedicadas a la transición energética y los desafíos climáticos, particularmente sensibles en estos días abrasadores. Un consenso, un tanto sorprendente viniendo de tal asamblea, pareció emerger para colocar esta esperanza esencialmente en la regulación o la tributación.