El ministro de Economía, Bruno Le Maire, anunció este lunes el importe de las ayudas estatales que se concederán a la nueva fábrica de semiconductores de STMicroelectronics y GlobalFoundries en Crolles, cerca de Grenoble, un proyecto de casi 7.500 millones de euros. Este nuevo sitio constituye “la mayor inversión industrial de las últimas décadas, excluida la nuclear”, en palabras de Bruno Le Maire en julio de 2022. Está en juego la creación de 1000 puestos de trabajo.

El lunes, el ministro debe firmar con los dirigentes de la franco-italiana STMicroelectronics, Jean-Marc Chéry, y de GlobalFoundries, Thomas Caulfield, los contratos relativos a las ayudas de Estado que autorizó a finales de abril la Comisión Europea, precisó el Ministerio de Economía el viernes. El monto de la inversión ascendía inicialmente a 5.700 millones de euros cuando se anunció el proyecto en julio de 2022. Ni Bercy ni STMicroelectronics, cuestionados por AFP, quisieron explicar la diferencia.

Esta futura fábrica se enmarca en la «Ley de chips», el programa de la Unión Europea para que la UE alcance el 20% del mercado mundial de semiconductores en 2030, lo que supone cuadriplicar la producción europea actual. El plan, que fue acordado entre los estados miembros de la UE y el Parlamento Europeo el 18 de abril, flexibiliza las reglas sobre los subsidios estatales al sector.

La «Ley de chips» europea prevé movilizar un total de 43.000 millones de euros de inversión pública y privada en la producción de semiconductores. El objetivo de la UE es recuperar un lugar junto a Asia y América en la producción mundial de semiconductores.

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“El proyecto añadirá casi un 6% de nueva capacidad de producción a la capacidad europea existente”, dijo el Ministerio de Economía. «El objetivo (es) aumentar la capacidad de producción francesa en 620.000 obleas de semiconductores por año para 2028», agregó.

Europa ha visto caer su cuota de mercado en las últimas décadas a menos del 10% de la producción mundial, mientras que ha crecido su dependencia de los productores asiáticos que dominan el mercado mundial: Taiwán (donde se encuentra el 90% de los chips más avanzados del mundo), Corea del Sur y cada vez más China. Sin embargo, la pandemia de Covid-19, al paralizar las cadenas de suministro en Asia, ha provocado una gran escasez de chips hasta el punto de poner en dificultades a la industria automotriz europea, un shock para el continente.

La pandemia y las tensiones geopolíticas en torno a China han concienciado sobre la necesidad de producir estos componentes esenciales en Europa y han convencido a Bruselas para adoptar una política industrial intervencionista en un continente tradicionalmente muy abierto a la competencia global. “A pedido del Estado”, STMicroelectronics y GlobalFoundries “se comprometen a priorizar pedidos, “hasta el 5% de las capacidades de producción anual, para atender necesidades soberanas, de seguridad nacional, o necesidades específicas de VSE y a pymes”, según Bercy.