«Ciertamente todos los operadores han llevado a cabo acciones para implementar el plan de acción del sector, pero los resultados aún no son visibles ni perceptibles». El comunicado es claro, está firmado por la jefa de la policía de telecomunicaciones (Arcep), Laure de la Raudière. Si bien los operadores se habían comprometido hace un año a implementar un plan destinado a fortalecer la calidad de sus redes de fibra después de las disfunciones que estallaron en el terreno, la cuenta aún no ha llegado.
Con motivo de una conferencia celebrada el jueves en el Instituto del Mundo Árabe en presencia del ministro de Digital, Jean-Noël Barrot, operadores y representantes de las autoridades locales, el jefe de Arcep recordó una vez más a los operadores su responsabilidad. Como demostró Arcep durante un observatorio publicado a principios de julio, la tasa de avería a nivel nacional se sitúa en torno al 0,12% para casi 19 millones de abonados. Pero esta cifra oculta realidades dispares y determinadas redes son hasta 30 veces más propensas a sufrir accidentes. En cuanto a la tasa de fallo de las conexiones de fibra, que se refiere a situaciones en las que el operador no ha podido instalar fibra en el hogar, vuelven a alcanzar hasta el 30% en determinadas redes.
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Arcep, cada vez más impaciente por la dilación de los operadores, no dudó en utilizar el nombre y la vergüenza al señalar las redes más propensas a accidentes en su observatorio de julio. “Todavía recibo demasiados testimonios de clientes que se desconectan repentinamente, de suscriptores privados de Internet regularmente o durante mucho tiempo (…). Arcep espera ahora resultados concretos de los operadores y de todo el sector, que demuestren los méritos del plan de acción para mejorar la calidad del servicio. Si no lo tenemos, no dudaremos en pasar a otro modo de actuación”, insistió el jefe de Arcep. En otras palabras, sanciones.
Según ella, la mala calidad de la fibra es un obstáculo para la captación de nuevos suscriptores de fibra óptica, tanto entre los clientes empresariales como entre el público en general. Perjudicial, cuando ahora se ha demostrado que la fibra es un vector de productividad y, por tanto, de competitividad para Francia. La situación se vuelve aún más urgente con el cierre gradual pero irreversible de la red ADSL de Orange, previsto para 2030 a más tardar. Para entonces todo el mundo tendrá que haber cambiado y los fallos en determinadas redes generan desconfianza entre los individuos.
Por tanto, el mensaje se habrá enviado este jueves, aunque los operadores lo recibieron con tibieza. Desde hace varios meses vienen intensificando la defensa de los esfuerzos en el despliegue de fibra óptica. Aunque reconocen las dificultades que existen en determinadas redes, consideran que la velocidad con la que se ha implantado la norma en Francia (el 80% de los hogares franceses cubiertos en sólo cinco años) no tiene parangón en Europa. Velocidad que, en determinados lugares, probablemente se haya producido a expensas de la calidad. Sin embargo, como los observadores pudieron comprobar durante los debates sobre el proyecto de ley sobre la materia presentado por el senador Patrick Chaize, se oponen firmemente a cualquier nueva legislación al respecto.
Sin embargo, deseosos de cooperar, los operadores unidos en la Federación Francesa de Telecomunicaciones (Orange, SFR, Bouygues Telecom) y Free (que no es miembro) propusieron reforzar el plan de calidad adoptado hace un año. Esta se centró en la formación de los implicados en las redes y en particular de los subcontratistas, el seguimiento y control de las intervenciones y los planes de recuperación de redes accidentadas y degradadas. Este jueves, los operadores anunciaron que querían “aumentar la transparencia sobre la calidad de las redes a través de nuevos indicadores proporcionados por los OC (operadores comerciales, proveedores de acceso a Internet, N.D.) y, por otro lado, iniciar el fortalecimiento de la información intercambios entre los IO (operadores de infraestructura, que instalan la red, ndr) y los OC. »
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Entre los intercambios de información, los operadores indican que quieren reforzar los relativos a las «intervenciones en la red», «para agilizar los procesos industriales de los operadores». De hecho, en el pasado, las observaciones sobre el terreno han ilustrado la falta de coordinación entre los operadores, especialmente en la recuperación de redes defectuosas. Finalmente, los operadores indican que “la sostenibilidad de las redes depende también del agravamiento de las sanciones penales contra actos de vandalismo y degradación dolosa” de las infraestructuras. Según ellos, cada mes una media de 70 actos vandálicos afectan a las redes de fibra de los operadores de telecomunicaciones.