El tribunal de Bobigny declaró este jueves la liquidación de Habitat debido a sus graves dificultades financieras, sellando el destino de una marca que democratizó el diseño durante décadas. Todo sucedió muy rápido: menos de diez días después de la intervención judicial de esta empresa especializada en muebles y equipamiento para el hogar, los síndicos anunciaron el 15 de diciembre en el CSE (comité social y económico) que iban a solicitar su liquidación, dada la situación especialmente deteriorada de las cuentas.

Por tanto, el tribunal de Bobigny decidió poner fin a la historia de Habitat en Francia, ocho días después de una audiencia en la que escuchó a todas las partes interesadas. “Nos darán una respuesta, pero sabemos que será una liquidación”, estima Youcef Toumert, ejecutivo-empleado desde hace 21 años y miembro de la CGT del CSE de Hábitat. “Será una rescisión de cada contrato de cada empleado y luego adiós, eso es todo (…) Empecé, en mi cabeza, a prepararme”, confiesa. Para Youcef Toumert, la única esperanza de evitar este escenario era que un comprador “viniera y metiera las narices” en este asunto. El milagro no habrá ocurrido.

En una carta enviada a la AFP el miércoles por la noche, Thierry Le Guénic, comprador de Habitat en 2020, admite no haber «logrado afrontar este desafío, como los anteriores accionistas». Aunque defiende que supo evitar «cualquier plan social» e invirtió más de 12 millones de euros en tecnología digital y en la apertura de puntos de venta, Thierry Le Guénic admite que sus proyectos y ambiciones «no podrían realizarse en un contexto económico muy desfavorable». contexto (…) y ante evidentes resistencias internas. Hoy “se abre otra fase y ahora nos comprometemos a ayudar a encontrar cualquier solución de reclasificación para nuestros empleados”, añade el empresario.

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La marca, que cuenta con 25 tiendas en Francia, fue fundada en 1964 por el diseñador británico Terence Conran (fallecido en 2020), con el objetivo de ofrecer muebles y objetos de decoración sobrios, a un precio asequible, limpios y modernos. Habitat France emplea actualmente a 315 personas y generó una facturación de 65 millones de euros en 2022. La empresa matriz, Habitat Design International, emplea a 68 personas y facturó 51,8 millones de euros en 2022. El 30 de noviembre, la dirección del grupo explicó, sin embargo, que su solicitud de colocación en recuperación tenía «el objetivo de estabilizar la situación financiera» de la marca, que «nunca ha sido rentable en Francia», y «garantizar su rentabilidad a largo plazo». viabilidad.

A continuación aseguró «preparar un plan de recuperación a modo de continuación» y afirmó que su «principal objetivo era asegurar el pago de todos los proveedores y la entrega de los pedidos a los clientes». Pero una vez que los administradores judiciales profundizaron en las cuentas, rápidamente comprobaron que «no se cumplían las condiciones para una continuación de la actividad» y que había «más obstáculos que oportunidades», explicó a la AFP una fuente cercana al asunto. Esta fuente indicó en particular que los clientes habían pagado «cerca de 9 millones de euros en depósitos, según las estimaciones iniciales», para la compra de muebles y otros productos.

En nuestro artículo dedicado al tema del 20 de diciembre, Le Figaro recogió los testimonios de tres clientes, todos los cuales pagaron más de 1.000 euros por la compra de un artículo y que hoy tienen pocas posibilidades de recuperar sus pedidos o de obtener un reembolso. Aunque las dificultades de Habitat no son recientes, estos clientes aseguran que «nunca fueron informados de las dificultades de la marca» durante su compra. Lo cierto es que Habitat ya registraba pérdidas netas cuando su entonces propietario, la distribuidora Cafom, la puso a la venta en 2019. Habitat había pertenecido anteriormente al fondo de inversión estadounidense Hilco y a la familia sueca Kamprad (también propietaria de Ikea).

En 2020, la marca fue comprada por el empresario-inversor Thierry Le Guénic. El mismo año, este empresario compró la marca de ropa Burton de Londres, que fue puesta en quiebra el verano pasado y que no encontró comprador. Thierry Le Guénic también se hizo cargo de la marca de prêt-à-porter Paule Ka y de la marca de lencería Maison Lejaby. También formó parte de un trío de inversores, entre ellos Stéphane Collaert, que compró Chevignon a Vivarte en 2019.