Este miércoles por la mañana se prepara en Matignon una reunión parecida a un Consejo de Ministros. Gabriel Attal reúne a todo el gobierno en un seminario dedicado al trabajo en un momento en que el gasto social, como el seguro de desempleo, está en la mira del ejecutivo para compensar el déficit que cayó el año pasado. A continuación, TF1 interrogará al Primer Ministro en el informativo de las 20.00 horas.

«Continuaremos en este camino de rigor y responsabilidad siempre con un hilo conductor (…) el del trabajo» porque «cuantos más franceses tengamos trabajando, más posibilidades tendremos de equilibrar nuestras finanzas», aseguró el jefe de gobierno el martes, citando la reforma del seguro de desempleo. Según Matignon, el seminario gubernamental se centrará en animar a la gente a volver al trabajo, incluidas las controvertidas reformas de la RSA (renta activa solidaria, nota del editor) y del seguro de desempleo, en el «desempleo» o los bajos salarios, y en las nuevas formas de trabajo como la semana de cuatro días, todavía en fase experimental. Son tantas las prioridades que Gabriel Attal había desarrollado en su declaración de política general de finales de enero.

Sin embargo, el gobierno busca ahorros tras el deslizamiento sin precedentes del déficit público francés, que alcanzó el 5,5% del PIB en 2023, según el INSEE. Se trata de 15,8 mil millones de euros más de lo que el gobierno había previsto, lo que complica el objetivo de reducción de la deuda aún reafirmado por el Ministro de Economía Bruno Le Maire, que excluye sin embargo el aumento de impuestos.

A mediados de febrero ya se realizaron recortes de diez mil millones de euros en el presupuesto de 2024, particularmente en los sectores de la transición ecológica, el trabajo y la educación, en respuesta a unos ingresos fiscales menos dinámicos de lo esperado en 2023. Pero este año serán necesarios ahorros adicionales , advirtió Le Maire, negándose por el momento a dar una estimación. Y es sobre todo en el presupuesto de 2025 donde habrá que hacer esfuerzos, estimado por Bercy en “al menos 20 mil millones” de euros.

Entre las vías previstas por el ejecutivo para impulsar el empleo y ahorrar dinero se encuentra una nueva reforma del seguro de desempleo que los sindicatos impugnan, tras las controvertidas de 2019 y 2023. Gabriel Attal pretende “reabrir” este proyecto, defendiendo “un modelo social lo que fomenta una mayor actividad”. Bruno Le Maire lleva semanas repitiendo que hay que reducir la duración de las indemnizaciones a los desempleados, argumentando que son necesarias reformas estructurales para alcanzar el pleno empleo.

Aboga por una asunción “definitiva” por parte del Estado del seguro de desempleo, actualmente gestionado por los interlocutores sociales, a través de la organización paritaria Unédic. Los sindicatos y los empleadores renegocian las reglas cada dos o tres años para tener en cuenta los cambios en el mercado laboral. Los dirigentes de las cinco grandes centrales sindicales pidieron el 18 de marzo abandonar una nueva reforma y «detener la estigmatización populista de los desempleados».

El martes también se celebró una nueva reunión sobre “el pacto por la vida en el trabajo” entre sindicatos y organizaciones empresariales. Estas negociaciones se refieren en particular al empleo de personas mayores, para permitir a los empleados permanecer más tiempo en sus puestos de trabajo, mientras que la edad legal de jubilación se ha elevado de 62 a 64 años. Esta reunión iba a ser la última pero, dado el escaso progreso, se añadió una sesión adicional al programa el 8 de abril. Si los interlocutores sociales no llegan a un acuerdo, el Estado tomará el control.

Según un ejecutivo mayoritario, el Gobierno busca «márgenes financieros», pero en el ámbito laboral «son pocos», mientras ya se han emprendido varias reformas estructurales, desde las pensiones hasta el RSA. La reducción de la duración de la compensación tardaría al menos un año en surtir efectos en las cuentas públicas, «entre el momento de la negociación y el de la aplicación», según él. Pero «la señal es interesante para las instituciones financieras y los mercados», en un momento en el que las principales agencias podrían rebajar la calificación de Francia en las próximas semanas.