La factura vuelve a subir. Comentaristas, distribuidores y fabricantes de alimentos esperan una reducción gradual en el precio de las cestas de la compra para finales de año. Pero en realidad, los consumidores siguen viendo cómo aumentan sus facturas. Según las últimas cifras del INSEE, publicadas este domingo en el Diario Oficial, el índice de precios al consumidor se situó en 117,65 en junio. Eso es 0,21 puntos más que en mayo pasado.

Prueba por si hiciera falta, de que el descenso paulatino de la inflación no supone una bajada inmediata de los precios en los lineales. En junio, la inflación se situó en el 4,5%. Y la llamada inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles y sujetos a la intervención estatal, lo que permite identificar una tendencia de largo plazo, se mantiene alta en 5,7% a un año, pero se desacelera ligeramente respecto a mayo (5,8%). ).

La inflación es el aumento de los precios al consumidor. Si de un mes a otro la inflación se frena, los precios seguirán subiendo. Porque si el multiplicador es menor, el precio final será mayor.

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Aunque el aumento de unas centésimas de punto en el índice de precios al consumo entre mayo y junio de 2023 no supone un aumento significativo del coste de la vida, lo cierto es que la rebaja de la factura prometida por la industria alimentaria no es por ahora . Por ahora, los precios se están estancando en un nivel alto.