“Las brasas están ardiendo, nada está terminado”, afirma Arnaud Rousseau. Para el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (FNSEA), invitado este domingo en el plató de BFMTV, el descontento agrícola no está dispuesto a amainar. Todas las medidas puestas sobre la mesa por el ejecutivo no habrán bastado para extinguirlo. “Necesitamos logros concretos. El tema es concretar los anuncios hechos”, explicó el hombre que logró recuperar el control del movimiento de protesta. “Hay cosas que no están muy claras en términos de simplificación de estándares y una especie de cacofonía en el Pacto Verde. Así que mientras no tengamos una respuesta clara, no pasa nada”, insiste.

Antes de advertir: “Pensar que todo se detendrá de aquí a la reunión con el Presidente de la República dentro de quince días es un error. Esto no será así». Por lo tanto, debemos esperar nuevas acciones contundentes llevadas a cabo “por iniciativa del campo”. Y esto hasta las elecciones europeas y la publicación de la nueva ley Egalim. “Cada departamento conserva la iniciativa de tomar un cierto número de acciones porque las tensiones no son las mismas según el territorio”, explica Arnaud Rousseau.

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«Nos damos cuenta de que lo que nos dicen (los miembros del gobierno) y la variación muy concreta que tenemos a través de la administración no dan lo mismo», dijo el jefe de la FNSEA. Antes de poner un ejemplo: el primer ministro Gabriel Attal promete «un control administrativo único anual», una iniciativa «que los ministros confirman», pero «un cierto número de órganos de control dicen que esto no es posible». Y lamenta: “La traducción para el agricultor es que hay una brecha entre lo que se dice al gobierno y lo que dicen los representantes de la administración”.