¿Debería verse esto como una señal de una posible salida de la crisis? Al día siguiente de la presentación de la hoja de ruta de Elisabeth Borne que, en palabras de la presidenta del Gobierno, constituye «una mano tendida a todos los de buena voluntad», la secretaria general de la CGT, Sophie Binet, expuso sus condiciones para la reanudación de diálogo en las próximas semanas. “Si es para hablar de un aumento salarial inmediato, es una propuesta que vamos a examinar”, respondió el dirigente sindical en la mañana de este jueves a RTL, recordando que la decisión de responder favorablemente a una invitación del ejecutivo sería “tomada en -Unión».

Sophie Binet lamentó, sin embargo, que el Gobierno pusiera en la agenda de las próximas semanas «dividir temas», citando atropelladamente la «estigmatización de los desempleados», «la reforma de la escuela secundaria profesional peleada por profesores y alumnos» o incluso “el empleo de personas mayores cuando tenemos una reforma que se aplica de manera extremadamente violenta”. “Es con este tipo de temas que nos acercamos”, decidió el secretario general de la CGT, quien no parece apostar por una reanudación del diálogo en los próximos días.

El central de Montreuil no cede en su consigna de retirada de la reforma, a pesar de una apariencia de apertura sobre el aumento de salarios. “Sin retirar esta reforma, hay un contexto de desconfianza muy fuerte hacia el ejecutivo (…) y será complicado pasar página. Lo que se necesita es que podamos retirar esta reforma para encontrar la serenidad y luego hablar sobre los temas reales”, dijo Sophie Binet. Todas las esperanzas se vuelven ahora hacia un proyecto de ley presentado por el grupo parlamentario Liot con el objetivo de derogar la reforma de las pensiones. El texto será debatido en la Asamblea Nacional el 8 de junio.

Las fuerzas sindicales también esperan mucho de las manifestaciones del 1 de mayo, con motivo del tradicional Día del Trabajo. “La movilización del 1 de mayo será excepcional y sin precedentes”, quiere creer Sophie Binet. La CGT insistió en que «será familiar, popular, festiva» y que «en las marchas sindicales se velará siempre por la seguridad de los manifestantes». Un contraataque tras la publicación el miércoles de una nota de inteligencia territorial que anticipaba un 1 de mayo “histórico” y “vengativo” con su cuota de “elementos en riesgo”. Sophie Binet juzgó con dureza esta nota que, según ella, forma parte de una “estrategia clásica de desmovilización para asustar”. Solo en la capital se esperan entre 80.000 y 100.000 manifestantes.