Un vídeo de Poupette Kenza, también conocido como Kenza Benchrif, incendió Internet este miércoles: “Les digo, al menos que esté claro y claro, soy pro palestino. No trabajo para ninguna persona sionista o judía […] No tengo ningún socio, ningún agente que sea judío ni nada por el estilo”. Frente a la cámara, la influencer compartió este mensaje con sus 1.2 millones de seguidores en Instagram.

El vídeo fue rápidamente difundido por internautas en otras redes sociales como TikTok y X (antes Twitter). “¿Qué tan malo es tener amigos o colegas judíos?”, pregunta una mujer en X. Su publicación se ha vuelto viral y registró casi tres millones de visitas este jueves.

Si bien la cuenta de Instagram de Poupette Kenza ya no está accesible desde el miércoles por la noche, la influencer tuvo tiempo de publicar un último vídeo en el que se disculpa: «Me expresé mal, dije que no trabajaba ni con los judíos. No, chicas, no tengo nada contra los judíos, no tengo nada contra los cristianos, no tengo nada contra los musulmanes. Es justo contra los sionistas y quienes financian el genocidio […] contra quienes lo toleran y defienden. Si hay muñecos que son judíos, que me siguen y que están en contra de todo lo que está pasando, no hay problema, bienvenidos al equipo. “Pido disculpas profundamente si mis palabras pudieron haber ofendido [sic]. Esa no era la intención”, añade en otra historia de su cuenta.

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Pero en el canal de discusión reservado para sus suscriptores, una internauta asegura que Poupette Kenza se burla de la situación y se burla de los mensajes de odio que ha recibido. Ante esta situación, el gobierno se apresuró a reaccionar. “Boicotear a mujeres y hombres por su identidad o religión es obviamente ilegal. Frente al antisemitismo y al racismo, no dejaré pasar nada”, afirma en X Aurore Bergé, ministra responsable de la igualdad entre mujeres y hombres y de la lucha contra la discriminación. El ejecutivo denunció los comentarios del influencer a la Delegación Interministerial para la lucha contra el racismo, el antisemitismo y el odio anti-LGBT (Dilcrah) que fue “encargada de realizar un informe al Ministerio Público”.

El año pasado, la influencia ya estuvo en el centro de la polémica cuando la Represión del Fraude la impuso una multa de 50.000 euros por prácticas comerciales engañosas. «Son grandes ladrones», dijo en Snapchat. En detalle, la Represión Fraude acusó a la joven de haber anunciado un blanqueador de dientes cuya venta está prohibida en Francia, todo ello sin indicar que se trataba de una publicación comercial por la que la marca le pagaba.

En marzo de 2023, incluso surgieron sospechas sobre abuso infantil por parte de la influencer a su hijo, de apenas un año. La joven de 23 años se defendió en el programa “TPMP” del canal C8 y luego en YouTube. Muchos fans publicaron entonces comentarios de apoyo: “Me preocupo por ti”, “tus pasos entre lágrimas me conmovieron” o incluso “Deseo que tus hijos, tu familia y tú mismo encuentren la paz».