Se trata de un anuncio que ha sacudido al sector médico desde este fin de semana. El primer ministro, Gabriel Attal, anunció la aplicación de aquí a 2025 de un «impuesto conejo», de cinco euros a cargo del paciente, por todas las citas médicas no cumplidas. Una afirmación que deja en duda a algunos profesionales. «No significa nada, es un impuesto que recaudamos», afirmó este lunes por la mañana Patrick Pelloux, presidente de la asociación de médicos de urgencias de Francia, en RMC. “No puede funcionar, el objetivo de todo esto es la caja del Seguro Social y, ahí, tenemos todas las de perder”, fustigó.
Por su parte, el gobierno aseguró que la aplicación de este «impuesto a los conejos» era «técnicamente […] totalmente factible», según Frédéric Valletoux, ministro delegado de Salud y Prevención. En Franceinfo, explicó “que los pacientes que pidan cita dejarán sus datos bancarios en las plataformas de reserva”. Para los profesionales que no estén en estas plataformas, “los médicos tendrán la posibilidad de solicitar los datos bancarios” por teléfono. Sus secretarías “podrán llamar a los pacientes para confirmar citas”. Si no se presentan, “los médicos siempre podrán pedirles cinco euros en la próxima consulta”, subrayó a RTL Catherine Vautrin, ministra de Trabajo, Sanidad y Solidaridad, sin detallar el caso en el que el paciente no regresa nunca. el practicante.
«El dinero será recogido entonces por el médico» si la cita no está garantizada, añadió el ministro. «También es el médico quien puede juzgar en el último momento si una persona tiene un impedimento», negándose a cobrarles la sanción de cinco euros. Es «una cantidad que puede parecer alta para algunos, insuficiente para otros; en cualquier caso, la salud no es gratuita», defendió Catherine Vautrin. El objetivo es «empoderar a los pacientes», en un momento «en el que muchos franceses tienen dificultades para acceder a la asistencia médica», insiste el gobierno.
Por ahora, «el principio está establecido» y aún debe aclararse, admitió Frédéric Valletoux. «Vamos a trabajar en ello con los sindicatos de médicos, las asociaciones de pacientes y las plataformas», aseguró el ministro delegado, «vamos a conseguir que todo salga bien».