Nuevo golpe en el prêt-à-porter… Générale pour l’Enfant (GPE), sociedad matriz de las marcas infantiles Du Pareil Au Meilleur (DPAM) y Sergent Major, fue puesta en suspensión de pagos el 14 de marzo, según una decisión judicial . La GPE se declaró en cesación de pagos el 6 de marzo y se beneficia de un período de observación de seis meses, hasta el 16 de septiembre, según la decisión del tribunal comercial de Bobigny (Seine-Saint-Denis). En junio pasado, la dirección de GPE anunció la colocación de la marca DPAM en quiebra, mientras que Sergent Major fue puesto en procedimiento de salvaguardia.
Según el tribunal de comercio, finalmente el sargento mayor también fue puesto bajo suspensión de pagos en diciembre. El grupo indicó en junio que se había visto “impactado” por “las crisis sociales, la pandemia de Covid-19, la crisis energética y la inflación”. Una fuente cercana al asunto precisó entonces que GPE, que también posee la marca Natalys y emplea a 2.500 empleados, había sufrido una caída de 100 millones de euros en su facturación durante el período Covid «debido al cierre de tiendas durante la pandemia». La facturación alcanzó los 275 millones de euros en 2022, añadió esta fuente. Camaïeu, Kookaï, Naf Naf, Gap France, Don’t Call me Jennyfer, André, San Marina, Minelli, Pimkie, Comptoir des Cotonniers, DPAM, Sergent Major, Princesse Tam Tam, Kaporal, IKKS… Prêt-à-porter Porter atraviesa una crisis violenta desde hace más de un año.
Fue fatal para algunas marcas, que fueron liquidadas, como Camaïeu en septiembre de 2022, con el despido de 2.100 empleados que había marcado fuertemente la mente de la gente. Algunas empresas están recortando personal y cerrando tiendas, como Pimkie. Otros están en suspensión de pagos, como Naf Naf, o, más raramente, liquidados, como Camaïeu o San Marina y Burton de Londres más recientemente. Estas marcas conocidas en el centro de las ciudades francesas se han visto afectadas por un cóctel explosivo: pandemia, inflación, aumento de los precios de la energía, de las materias primas, de los alquileres y de los salarios, o incluso de la competencia de la moda de segunda mano y de la «moda rápida». El volumen de ventas del sector de la moda cayó un 4% en 2023, según el Instituto Francés de la Moda (IFM).