¿Últimas negociaciones antes de la calma olímpica? Este miércoles 22 de mayo tendrá lugar una reunión entre los trabajadores ferroviarios y la dirección de la SNCF. A menos de 70 días de la ceremonia inaugural, estas discusiones deben ultimar los importes de las primas olímpicas para los agentes ferroviarios.

Mientras que la SNCF ofreció 50 euros brutos por día a sus agentes en cubierta para los Juegos, los sindicatos exigen cantidades mucho mayores. Sud-rail, origen del movimiento huelguista del martes 21 de mayo en la red Isla de Francia, exige «una bonificación específica para todos los agentes», sin precisar la cuantía prevista. Durante discusiones anteriores, dirigentes sindicales indicaron que una bonificación mínima de 1.000 euros sería suficiente para calmar las demandas de los trabajadores ferroviarios.

Además, Sud-rail aprovechó la reunión con la dirección para exigir también “un aumento de sueldo de 400 euros al mes”. “¡La tregua olímpica no se puede decretar, hay que negociarla!”, insiste el sindicato. Por su parte, la CGT-Cheminot denuncia estas negociaciones tardías «mientras las empresas afectadas directa o indirectamente por los Juegos Olímpicos ya han tomado medidas, unilaterales o negociadas, desde hace varias semanas». Una alusión apenas velada a las exitosas negociaciones de los sindicatos RATP, que consiguieron primas de hasta 2.500 euros para sus agentes movilizados durante los Juegos Olímpicos.

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Sin embargo, a finales de abril, Sud-rail había levantado su aviso de huelga después de firmar un acuerdo sobre el fin de la carrera profesional bienvenido por las principales fuerzas sindicales. Está claro que estas medidas no han permitido a Jean-Pierre Farandou garantizar la paz social para este verano.

Interrogado sobre la huelga de los ferroviarios de Isla de Francia durante un interrogatorio al gobierno, el Ministro de Transportes, Patrice Vergriete, denunció este movimiento dos meses antes de los Juegos. «Que haya discusiones sobre esta compensación es legítimo, algunos agentes tendrán que cancelar o posponer sus permisos, otros serán movilizados de manera muy fuerte y muy intensiva», reaccionó el ministro. Pero esta huelga no es aceptable. Una negociación no puede equivaler a una amenaza de sabotaje de un evento de interés nacional como los Juegos Olímpicos.

Los ferroviarios no son los únicos que juegan su baza. Este martes 21 de mayo, los empleados de los Aeropuertos de París también se declararon en huelga para exigir también bonificaciones por los Juegos. La semana pasada, miles de bomberos se manifestaron para exigir un «trato similar al de la policía», a quienes Gérald Darmanin prometió rápidamente una bonificación de 1.900 euros por su movilización este verano.