Las dos centrales eléctricas de carbón en Francia obtuvieron autorización para funcionar durante más tiempo para evitar apagones invernales, hasta finales de 2024, mediante una flexibilización temporal de las normas sobre emisiones de gases de efecto invernadero, informó el Ministerio de Transición Energética. Jueves. El próximo invierno, «prevemos un nivel de tensión más bajo» que el año pasado, «pero como medida de precaución, estamos tomando todas las medidas que garanticen la producción eléctrica francesa», precisa el ministerio.

Como resultado de la Ley del Clima, el techo de emisiones de gases de efecto invernadero aplicable a los productores de energía se ha elevado ahora a «1,8 kilotoneladas de dióxido de carbono equivalente por megavatio de energía eléctrica instalada entre el 1 de abril de 2023 y el 31 de diciembre de 2024», se indica en un Decreto publicado el jueves en el Diario Oficial. Esto permitirá que “las centrales eléctricas funcionen 500 horas adicionales” durante el período respecto al límite máximo de 1.300 horas inicialmente autorizado hasta finales de 2024, se especifica en la consulta pública de la que resulta el decreto. Estas 1.800 horas corresponden a 75 días de producción ininterrumpida.

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En el invierno de 2022-2023, las centrales eléctricas de carbón obtuvieron autorización para funcionar durante 2.500 horas, o 104 días continuos. «Este techo ofrece unas posibilidades de utilización muy amplias en caso de una gran ola de frío», explica Julien Teddé, director general de la corredora Opéra Energie. “Pero las centrales eléctricas de carbón están controladas en cualquier caso por la lógica económica”, añade, y su puesta en funcionamiento es muy costosa.

Al mismo tiempo, las centrales eléctricas de carbón tendrán que pagar más para compensar sus emisiones. Cada tonelada de CO2 equivalente emitida les costará ahora 50 euros en lugar de 40, indica el mismo decreto. En Francia, dos centrales eléctricas de carbón siguen en funcionamiento en caso de pico de demanda eléctrica, en Cordemais (Loira Atlántico) y Saint-Avold (Mosela). Su producción representó el 0,6% del mix eléctrico francés el año pasado, dominada en gran medida por la energía nuclear.