Se necesitarían construir 400.000 nuevas viviendas al año, incluidas 150.000 viviendas sociales, para hacer frente a la crisis de la vivienda pobre en Francia (en comparación con 373.000 y 82.000, respectivamente, en 2023). Pero ¿cómo puede conciliarse este frenesí constructor con la limitación de la expansión urbana? En un informe publicado este martes 19 de marzo, las fundaciones Abbé Pierre y pour la Nature et l’Homme proponen varias vías a las autoridades públicas.
El objetivo de “artificialización neta cero” (ZAN), consagrado en la ley, obliga a Francia a reducir a la mitad, cada diez años, el ritmo de erosión de los espacios naturales por parte de la ciudad, y a haber detenido el fenómeno en 2050. que tiene efectos nocivos para la biodiversidad, el medio ambiente y el clima, se debe en casi dos tercios a la construcción de viviendas, que ocupan más espacio en Francia que en otros lugares debido a un modelo de ordenación del territorio que favorecía las casas individuales.
Este modelo también podría haber agravado la precariedad habitacional, señalan los cimientos, ya que muchas casas en fraccionamientos fueron construidas a bajo costo, con consecuencias sobre su calidad y su aislamiento y, por tanto, sobre las finanzas de sus ocupantes. Los autores también destacan el costo de este modelo para las comunidades, ya que la expansión urbana genera importantes necesidades de carreteras y redes de electricidad, gas y agua, cuya construcción y mantenimiento son costosos.
Para conciliar este objetivo constructivo con la sobriedad territorial, será necesario aumentar la densidad, construyendo más viviendas por hectárea en zonas residenciales, elevando los edificios existentes o desarrollando viviendas «ligeras», señalan los autores del informe. , las comunidades necesitarán una mayor financiación.
Para las nuevas construcciones, será necesario dar mayor prioridad a las viviendas colectivas (edificios), que consumen menos espacio, en particular a las viviendas sociales, afirman las dos ONG, que recomiendan aumentar la financiación de la HLM.
También piden reforzar los controles de alquileres y regular los precios de la tierra, al tiempo que luchan contra las viviendas desocupadas o la retención de tierras con importantes aumentos de impuestos. También sugieren medidas para reducir la proporción de segundas residencias en el parque inmobiliario y limitar el fenómeno de los alojamientos turísticos amueblados.