Las promesas más simples a veces son las más difíciles de cumplir. En 2017, el presidente recién elegido, Emmanuel Macron, obligó a su gobierno a limitar el tamaño de los gabinetes ministeriales. No más despilfarros: el decreto, del 18 de mayo de 2017, impone una reducción drástica del número de asesores. Por tanto, los gabinetes de ministros no deben tener más de diez miembros, los de los ministros delegados, ocho miembros, y los de los secretarios de Estado, cinco miembros.

Seis años y un mandato después, ¿cuál es la situación? Las normas establecidas inicialmente por el Jefe de Estado han evolucionado considerablemente, según los acontecimientos actuales. Los “chalecos amarillos”, seguidos de la pandemia de Covid-19, llevaron al ejecutivo a dejar ir. En julio de 2020, un decreto aumentó el tamaño máximo de los gabinetes, respectivamente, a quince miembros por ministro, trece por ministro delegado y ocho por secretario de Estado. Como era de esperar, estos cambios se pueden ver en las cifras. Publicado cada otoño, un “amarillo presupuestario” (documento adjunto al presupuesto del año siguiente) revisa la composición de los gabinetes ministeriales. El último ejemplar, presentado la semana pasada, permite hacer un balance contrastado de este deseo inicial del Presidente de la República.

A 1 de agosto de 2023, el gobierno del Borne contaba con 488 miembros en el gabinete. Si esta cifra es superior a los primeros años del quinquenio de Macron (300 miembros a partir del 1 de agosto de 2017 y 354 en 2020), sigue siendo inferior a los resultados de los años de Jean Castex. Con el ex alcalde de Prades, los gabinetes se han reforzado considerablemente, superando así la barrera de los 500 miembros en 2021 y 2022. Esta caída se explica, en particular, por una disminución del número de personal asignado al ministerio, que pasó de 98 a 88 , así como el número de personal contratado, aumentó de 263 a 248. En el momento del recuento, algunos ministros, como los de Sanidad, Justicia o Transición Energética tenían gabinetes ligeramente más pequeños que lo que permite el decreto. El gabinete de Olivier Dussopt tenía dieciséis miembros en el momento del recuento. Una situación que puede plantear dudas dado el límite reglamentario pero que se explica simplemente por la sustitución temporal de una empleada que se ha ido de baja por maternidad. Contratación “interina”, como especifica el Ministerio de Trabajo, que ha engrosado artificialmente las filas del gabinete.

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Sin embargo, hay que poner en perspectiva esta caída de alrededor del 5%. En primer lugar, el pasado mes de agosto, los gabinetes no estaban completos, tras la reorganización parcial del 20 de julio de 2023, subraya el «amarillo». Luego, si el número de miembros de las propias empresas ha disminuido, el personal categorizado en funciones de apoyo, por su parte, ha aumentado significativamente. Si bien el número de directores de gabinete y asesores ha disminuido, el 1 de agosto había más personal responsable de la protección de los ministros, de la seguridad de los edificios, de asistentes delegados en correo o administración, y de azafatas, en la cocina y en la hostelería. “Amarillo” cuenta así con 2.238 personas responsables de estas funciones de apoyo, un aumento del 5,8% respecto al año anterior. Los resultados globales, por tanto, van en aumento: en total, hubo 2.726 personas asignadas a cargos ministeriales, un 3,7% más en doce meses y un 16,5% en comparación con agosto de 2017.

Desde el punto de vista financiero, también en este caso los resultados son mixtos. “Para 2023, las dotaciones de las 41 empresas […] ascienden a 25,71 millones de euros para un año completo”, cifra el ejecutivo de color “amarillo”. Una factura inferior a la de 2022 y 2021, pero superior a los 23,8 millones de euros de 2020 y a los 21,1 millones de euros de 2017. Matignon, contactado para comentar estos diversos datos, aún no nos ha sido devuelto. La disminución del número de asesores no impide, sin embargo, criticar duramente el coste del gobierno, calificado de «el más caro de la historia de la Quinta República» por Jean-Pierre Jouyet, ex secretario general del Elíseo, en su último libro.