Liquidar Credit Suisse habría causado un daño económico «considerable», dijo la ministra de Finanzas de Suiza, Karin Keller-Sutter, en una entrevista publicada el sábado por el diario Neue Zürcher Zeitung (NZZ). La adquisición de emergencia de Credit Suisse por parte de UBS por una miseria y sólidas garantías financieras de las autoridades es muy criticada en Suiza.
“Todas las demás opciones eran, en nuestra opinión, más riesgosas para el Estado, el contribuyente, el centro financiero suizo y los mercados internacionales”, afirma Karin Keller-Sutter. Explica que ha llegado a la conclusión en las últimas semanas de que aunque liquidar un banco de importancia sistémica global como Credit Suisse es legalmente posible gracias a la ley «too big to fail», «en la práctica, el daño económico sería considerable».
Además, argumenta, «Suiza habría sido el primer país en liquidar un banco de importancia sistémica mundial». «Ahora claramente no era el momento de experimentar». El gobierno, el banco central suizo (SNB) y Finma, el organismo de control del mercado suizo, “acordaron que una reorganización o quiebra de CS con una separación de las actividades suizas, tal como se prevé en el plan de emergencia “demasiado grande para quebrar”, probablemente habría desencadenado una crisis financiera internacional”, indica el ministro.
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Según una encuesta publicada el viernes por la radio y la televisión públicas suizas, la mayoría de los suizos (54%) no está de acuerdo con la adquisición de Credit Suisse por parte de UBS. “Que muchos tengan rabia en el estómago, eso lo entiendo muy bien”, asegura el ministro. “Admito que a mí también me cuesta aceptarlo. Sobre todo cuando los errores de gestión contribuyeron a esta situación”, pero, prosigue, “la solución adoptada fue la que mejor protegió a todos”. En caso de nacionalización, explica, la Confederación debería haber asumido todos los riesgos.
Karin Keller-Sutter también afirma que no se ha ejercido ninguna presión extranjera sobre Suiza. “Nadie nos empujó en ninguna dirección en particular. Pero estaba claro para todos, incluidos nosotros mismos, que una limpieza o liquidación de CS causaría una grave perturbación internacional en los mercados financieros”. La ministra también barre a quienes acusan a las autoridades de haber actuado demasiado tarde cuando Credit Suisse llevaba dos años en crisis, enredada en una serie de escándalos.
“Mi departamento, el SNB y Finma discutieron escenarios de emergencia ya en enero, en mi segundo día de trabajo como ministro de finanzas. Eso había que hacerlo entre bastidores para no dañar la confianza en CS”, asegura. Y «informé a todo el Consejo Federal (gobierno) de los escenarios de emergencia a principios de febrero», agrega.