Nueva sesión de negociación de precios entre los sindicatos de médicos independientes y del Seguro de Salud. Los dos partidos se volverán a reunir este jueves 8 de febrero por primera vez desde que asumió el gobierno de Attal. Esta nueva ronda, inicialmente prevista para el 25 de enero, había sido aplazada, en particular para dar tiempo al Gobierno y a la nueva ministra de Trabajo, Sanidad y Solidaridad, Catherine Vautrin, a orientarse.
Es especialmente esperado por los sindicatos de médicos, ya que el seguro médico debe llegar al meollo de la cuestión, es decir, las propuestas de precios para los próximos cinco años. Esta vez “es seguro, estamos hablando de negocios” y “si no hay treinta euros sobre la mesa (para la consulta básica con el médico de cabecera, N.D.), llamaré al ministro y pediré un arbitraje », advirtió el presidente del sindicato CSMF, Franck Devulder, a mediados de enero, al margen de su ceremonia de saludo.
“Nuestras exigencias son económicamente realizables. No estamos lejos, cerca de 600, 700 millones de euros, de lo que se puso sobre la mesa hace unos meses. (…) En un sistema que cuesta 250 mil millones de euros al año sólo en salud”, es “una cuestión de elección política, tenemos que saber lo que queremos”, afirmó.
Agnès Giannotti, presidenta del principal sindicato de médicos generalistas MG Francia, aseguró que Vautrin, a quien conoció la semana pasada, le parecía «muy atenta». «Está interesada en el tema y evidentemente seguirá ocupándose del tema», declaró el miércoles a la AFP. La ausencia durante varias semanas de un ministro o secretario de Estado encargado específicamente de la Salud «no interfiere tanto con el trabajo que estamos haciendo con el Seguro de Salud» en el marco de las negociaciones, según ella.
Las negociaciones de precios entre el Seguro de Salud y los seis sindicatos que representan a los médicos privados se reanudaron el 15 de noviembre, ocho meses después del fracaso de un primer intento de llegar a un acuerdo para los próximos cinco años. Entre los cuatro ámbitos de trabajo fijados por el Gobierno destaca «el atractivo de la medicina privada», un tema importante para los sindicatos de médicos privados.
Pero también se presta atención a la “relevancia de la atención”, y el gobierno pretende obtener, a cambio de aumentos de precios, compromisos de la profesión para controlar mejor el inexorable crecimiento del gasto en salud.
Tras el fracaso de las primeras negociaciones el año pasado, la consulta básica, que no había cambiado desde 2017, se incrementó en 1,50 euros. Se pasó así de 25 euros a 26,5 euros para el médico de cabecera, un aumento considerado «ridículo» por los sindicatos.