Su existencia finalmente duró menos de un año. Este viernes 1 de diciembre, las ocho organizaciones sindicales se reunirán en la sede de la CFDT para marcar el fin de un movimiento intersindical en declive. Este último se creó a raíz de la lucha contra la reforma de las pensiones a principios de año. El deseo del gobierno de elevar la edad legal de salida a 64 años había permitido un consenso entre las organizaciones reformistas y radicales que se oponían a ello. Esta unión sin precedentes provocó una movilización masiva del pueblo francés en las calles durante muchos meses. Sin embargo, esto resultó insuficiente para poner de rodillas al gobierno.

El fin del movimiento intersindical, anunciado en numerosas ocasiones, ha sido negado periódicamente por sus miembros en los últimos meses. Sin embargo, la transición de una lucha unida contra un proyecto -los 64 años- a una lucha por proyectos fue más complicada de lo esperado. A pesar de algunas iniciativas conjuntas no concluyentes, como la jornada del 13 de octubre sobre los salarios, que tuvieron muy poca movilización, la intersindical ya parecía historia antigua.

Ya es oficial, según informaciones de la AFP y de Le Monde, que entrevistó a varios dirigentes sindicales. “Nada justifica hoy que la intersindical continúe”, reconoce muy directamente François Hommeril, presidente de la CFE-CGC. “La intersindical es una herramienta poderosa, pero cuando no hay reivindicaciones comunes, no sirve de nada”, afirma Frédéric Souillot, secretario general de Force Ouvrière (FO). Signo de las viejas fracturas aún presentes, los sindicatos “moderados” se muestran claramente más favorables a la idea de pasar página que sus homólogos “radicales”. «No podemos permitirnos el lujo de una división sindical, frente a un gobierno y a una patronal intransigentes hacia el mundo del trabajo», advierte Sophie Binet, líder de la CGT.

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De todos modos, el final parecía inevitable. La relación entre los sindicatos y particularmente hacia la CGT se volvió cada vez más tensa. Se trata de algunas iniciativas solitarias de la sede de Montreuil y de su número uno que habían irritado especialmente a las demás organizaciones. Durante la manifestación sobre los salarios, este último había organizado solo un punto de prensa al frente de la manifestación, mientras que los miembros del intersindical habían llegado unas horas antes para hacerlo a la sede de la FO. “El 13 de octubre fue un completo desastre”, lamenta un dirigente sindical. “No sabe lo que es la intersindical”, pero le interesa este sindicato, “con sus auxiliares FSU y Solidaires”, bromea este funcionario. Atmósfera…

Sin embargo, nadie excluye el renacimiento de la intersindical en el futuro. “Cuando podemos trabajar juntos”, lo hacemos, “porque la unión hace la fuerza”, señala Cyril Chabanier, presidente de la CFTC. “Siempre hemos dicho que la intersindical tal como existía durante las jubilaciones era útil e importante”, pero “hoy estamos en un momento diferente”, concluye Marylise Léon, presidenta de la CFDT.