En 2023, el déficit de la Seguridad Social debería situarse en 8.200 millones de euros, según las previsiones del Gobierno. Tras un déficit de casi 20.000 millones en 2022, las cuentas parecen estar en fuerte recuperación. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas no felicita al ejecutivo. La disminución del déficit se explica «principalmente por la caída del gasto en seguros de salud ligada a la crisis sanitaria», avanza precisamente la institución en su último informe sobre la aplicación de las leyes sobre financiación de la seguridad social, publicado este miércoles. Más preocupante aún, a partir de 2024 el famoso “agujero” de la seguridad social debería volver a crecer debido “al creciente déficit en el ramo de vejez y al aumento del gasto en seguros de salud, a pesar de la reforma de pensiones adoptada recientemente”. El gobierno cuenta así con un déficit estabilizado de alrededor de 15 mil millones de euros en 2025 y 2026.

El primer motivo de preocupación, la rama de vejez mostró un déficit de 3.800 millones de euros en 2022, debido a un aumento del gasto del 5% en un año. Este desarrollo se explica por los dos aumentos de pensiones implementados el año pasado, en respuesta a la inflación. La reforma de las pensiones aprobada el pasado mes de abril, considerada tan violenta por sus opositores, no restablecerá por sí sola el equilibrio de este ramo, advierte el Tribunal de Cuentas. “Teniendo en cuenta los efectos de la reforma y las medidas regulatorias [de aumento de cotizaciones, nota del editor], el déficit de la rama de vejez y del Fondo Solidario de Vejez alcanzaría los 5.700 millones de euros en 2030”, escriben los autores de el informe.

Los sabios aún observan con inquietud la deriva del gasto sanitario, enmarcado en un objetivo nacional de gasto del seguro sanitario (Ondam), que se ha fijado, para 2022, en 237.000 millones de euros. Un objetivo superado en más de 10.000 millones de euros debido a “la continuación de la crisis sanitaria por 6.800 millones de euros, las indemnizaciones a los establecimientos sanitarios y médico-sociales por 3.400 millones y la deriva de determinados gastos por 1.500 millones (productos sanitarios, dietas )», según el informe.

En los documentos presupuestarios, el Estado ha incluido un objetivo de crecimiento muy ambicioso para Ondam, limitado al 2,9% anual. «En el pasado, tal moderación nunca se había logrado durante varios años», dicen los autores. La puesta en marcha de esta trayectoria requeriría un conjunto de reformas encaminadas a “mejorar la eficiencia y la calidad de la atención”, escriben de nuevo los magistrados citando “el control medicalizado del gasto sanitario o imagen médica”.

En estas condiciones, Acoss, el organismo que administra todos los recursos del régimen general de seguridad social, “ya ​​no podrá financiar, por sí solo, los déficits del régimen general para los ejercicios 2024 y siguientes, ni la acumulación de los déficits del CNRACL [el régimen especial de Seguridad Social responsable del seguro de vejez de los funcionarios territoriales y hospitalarios, nota del editor] desde 2020”, preocupa la Corte, que evoca la hipótesis de una mayor extensión de la vida útil de la Deuda Social Fondo de Amortización (Cades) más allá de 2033. magistrados.

A los Sabios no les faltan ideas de ahorro para incluir en este posible programa. Por ello, recomiendan restablecer un «umbral de alerta» en caso de que el Ondam supere el 5%, abordar el tema de los sobrecostos a través de la regulación, reforzando los indicadores económicos de todos los establecimientos de salud, «para modular aún más los tipos de intervención de las urgencias médicas». ayudas según las necesidades locales”, para reforzar la lucha contra el fraude social mediante el despliegue de controles automatizados, para consolidar los datos médicos de los pacientes a nivel nacional o para hacer obligatoria la receta electrónica…