“¡Cuando amas, no cuentas!” Para ver a Taylor Swift en concierto, Esther, una estudiante de una escuela de negocios de 24 años, no escatimó en gastos. Estará entre el público en tres de las cuatro fechas de la estrella del pop estadounidense en París, y una más en Varsovia (Polonia): 549 euros gastados por cuatro entradas. “Tengo los medios, pero creo que no estoy dentro de la norma”, admite la joven. ¡Sigue siendo un presupuesto!

La reina del pop americano, cuyos álbumes son populares y baten récords en lo más alto de las listas, comienza en París la parte europea de su “The Eras Tour” este jueves 9 de mayo. Alrededor de cincuenta fechas en 18 ciudades del Viejo Continente – cuatro de ellas en París y dos en Lyon – que electrizaron a unos fans dispuestos a todo para formar parte de él. Ciertamente, el precio de los billetes (de 69,50 euros a 245,50 euros) se ha mantenido razonable, en comparación con el aumento observado en Estados Unidos, donde los precios, que fluctúan según la demanda (como un billete de tren), han alcanzado a veces varios miles de dólares. Pero algunos fanáticos tuvieron que arruinarse.

Sobre todo porque la incertidumbre de los sorteos que permitieron acceder a la venta de entradas empujó a muchos a inscribirse varias veces para aumentar sus posibilidades, incluso en el extranjero. Los estadounidenses que no pudieron asistir a un concierto en casa durante la gira también recurrieron a Europa para aprovechar precios más asequibles. Hordas de veloces que hacen las delicias de los profesionales del turismo: el precio de las pernoctaciones se ha disparado en algunas ciudades durante las noches de conciertos, en particular en Estocolmo, Liverpool, Viena, Lyon y Varsovia.

“Si voy a cuatro conciertos, es un poco culpa de Ticketmaster [el sitio de venta de entradas, nota del editor], señala Esther. Habían pospuesto la venta en Francia debido a un error, así que me registré en Varsovia, por precaución. No se sintió atraída por París, pero sus amigos pudieron conseguirle lugares. Sin embargo, se resistió a una cita más en Viena, para la que también podría haber comprado entradas.

Para el viaje a Varsovia, además de los 126 euros pagados por la plaza, hay que sumar la noche en AirBnb y los billetes de avión, es decir, 309 euros más, sin incluir comida ni bebida. Incluso en París, entre los trajes especiales, accesorios y productos derivados que piensa comprar in situ, los gastos se acumularán. La estudiante de la escuela de negocios presupuesta cuidadosamente sus cuatro tardes en una hoja de cálculo de Excel: 1.255 euros en total.

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Lysis, de 28 años, irá a ver a Taylor Swift dos veces. El 12 de mayo en París, con un asiento cuadrado dorado por 245 euros, y luego el 19 de mayo en Estocolmo, porque “amigos de Swiftie de Montreal vendrán a verla a Suecia, así que quería estar con ellos”. Para este segundo concierto consiguió un buen trato con una entrada de 60 euros, a los que habrá que sumar 150 euros por los billetes de avión y la comida in situ. “Nos quedaremos en casa de una amiga de mi hermana, lo que evitará pagar el alojamiento…”

Clara también se enamoró de la plaza de 245 euros en París. A la estudiante de 24 años se lo regalaron por su cumpleaños, pero ella misma le ofreció un lugar a su novio. “No tengo mucho tiempo para viajar o ir a restaurantes con mis estudios, así que pude darme un capricho”, subraya la Aixoise. También está planeando un outfit en referencia a las canciones de Taylor Swift, pero que armará con lo que ya tiene en su closet. “Y con un amigo hicimos nuestras propias pulseras de la amistad”.

Porque más allá de los conciertos, es tu vestimenta y tus accesorios los que debes cuidar para convertirte en uno con la estrella en el escenario y marcar tu pertenencia a esta comunidad de devotos fans. Estas pulseras de la amistad -o pulseras de la amistad-, formadas por cuentas con letras que forman palabras en referencia a las canciones de Taylor Swift, son uno de los complementos clave de la gira para los Swifties que las intercambian.

Una tendencia que nace a partir de algunas letras de una canción – You’re on Your Own, Kid – donde el cantante las menciona. Comprados online o fabricados por los propios fans, pueden convertirse rápidamente en un gasto adicional importante. Esther, por ejemplo, gastó cerca de 90 euros en perlas, hilos y pedrería. “Es cierto que hay toda una faceta de marketing con estas pulseras y los outfits temáticos de cada disco que incentivan el consumo”, reconoce la estudiante. Pero para celebrar el ícono en el que se ha convertido Taylor Swift y la felicidad que les brindan sus canciones, nada es demasiado bueno.