Todo un símbolo. Mientras una ola de calor sin precedentes azota el país durante el mes de septiembre, la pequeña estación turística de Sambuy (Alta Saboya) va a cerrar. Es cierto que se trata de un espacio muy pequeño (un telesilla, tres telesillas y una decena de pistas), pero esta decisión supone el fin de una época.
Situado entre 1.150 y 1.850 metros sobre el nivel del mar, Sambuy «sufre un verdadero problema financiero al que se suma un problema climático», explica su alcalde, Jacques Dalex. Es posible que la estación haya desarrollado sus actividades en verano, hasta el punto de que los meses de verano pesan más que los de invierno en sus cuentas, pero el bajo índice de nevadas habrá vencido. Se espera un nuevo déficit de 500.000 euros para 2023. Habrían sido necesarias importantes inversiones para mantener la actividad.
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Más de 180 estaciones de esquí han sido cerradas en Francia desde los años 1970, la gran mayoría de ellas microestaciones familiares no rentables situadas en media montaña, según el geógrafo Pierre-Alexandre Metral. En La Sambuy, unas cuarenta personas, incluidos trabajadores temporeros empleados en remontes mecánicos o empresas de alquiler de equipos y restauradores, corren el riesgo de perder su empleo. A los cinco empleados permanentes de la estación se les ofrecerán soluciones de reclasificación. También será necesario asegurar el equipo. La ley prevé un plazo de tres años para el desmantelamiento de los remontes mecánicos.