Mientras Nestlé Francia anunciaba el jueves el próximo cierre de su sede de Buitoni en Caudry (113 empleados), en el norte, el ministro de Industria, Roland Lescure, acudirá el viernes por la mañana a la subprefectura de Cambrai, para reunirse con las organizaciones sindicales de la filial del gigante suizo. Pero también las del productor de azúcar Tereos (Béghin Say, La Perruche, etc.), que anunció por su parte, a principios de marzo, su deseo de cerrar su refinería de azúcar en Escaudoeuvres.
Si las causas de estas decisiones son otras -escándalo sanitario para Caudry, sobrecapacidad productiva para Tereos-, las consecuencias sociales son significativas en una bolsa de empleo ya dañada. A menos de 15 kilómetros de distancia, los dos sitios industriales sustentan directa e indirectamente a mil personas, según las autoridades públicas locales.
En este contexto, el ejecutivo quiere «mostrar a los empleados de Buitoni su total movilización para buscar con todos los stakeholders un comprador», desliza entre bastidores Bercy, que reconoce «un acto fuerte y responsable» por parte de Nestlé en apoyando a sus empleados. El jueves, el grupo suizo se comprometió a ofrecer una solución de redistribución interna o externa en la región a todos los empleados de Caudry. Pero también para no despedir a ningún operador antes del 31 de diciembre de 2023.
Por el contrario, el gobierno está presionando a Tereos. El ministerio llamará a la cooperativa del norte a trabajar en la “calidad de su futuro SPE” que afectará a 120 puestos de trabajo, “a riesgo de que se eliminen todos los subsidios públicos”, explicamos en la comitiva de Roland Lescure. Por el momento, el productor de azúcar está trabajando en soluciones de reclasificación en sus refinerías y destilerías de azúcar vecinas, en particular las de Origny-Sainte-Benoite, Boiry-Sainte-Rictrude y Lillers.