Las grandes siderúrgicas europeas empujan un «uf» de alivio. La Comisión Europea acaba de autorizar a París y Berlín a proporcionar ayudas públicas para los proyectos de descarbonización del acero de dos grandes actores del sector, ArcelorMittal y ThyssenKrupp. La institución «autorizó la subvención directa de 550 millones de euros y el pago condicionado de un importe máximo de 1.450 millones de euros concedido por Alemania para ayudar a ThyssenKrupp», y «una medida francesa por importe de 850 millones de euros para ArcelorMittal Francia».
Para descarbonizar su producción de acero, ArcelorMittal tiene previsto utilizar hidrógeno, lo que le permitirá prescindir del carbón mediante la reducción directa del mineral de hierro. Las inversiones son considerables, pues es necesario sustituir los altos hornos tradicionales por hornos eléctricos. El proyecto de sustitución de un alto horno en Dunkerque con esta tecnología se enmarca en un plan mayor a escala francesa, que supondrá una inversión de 1.700 millones de euros.
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La primera solicitud de ArcelorMittal para acogerse a esta ayuda pública, en el marco de un Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI), data de marzo de 2021. Han sido necesarios veintiocho meses para obtener la luz verde de Bruselas. Es mucho. En noviembre, el grupo siderúrgico había pedido a la Comisión que diera luz verde más rápidamente.
Por su parte, ThyssenKrupp había presionado aún más a la institución europea al declarar que no disponía de los medios económicos para llevar a cabo su proyecto en solitario. Esto puso en peligro el sitio de Duisburg. El mes pasado, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, visitó a los empleados para tranquilizarlos. Lo serán mucho más con la formalización de estas ayudas públicas.