¿Prescindir de un avión o verde el combustible? Como era de esperar, los jugadores del sector eligieron la segunda opción. Con logros cada vez más concretos. El primer vector es la ecologización de los combustibles, con una transición de los combustibles fósiles a las renovables. Los proyectos se multiplican en el campo, para avanzar hacia la producción de combustibles bajos en carbono. En este registro, Ineratec, una start-up alemana creada en 2014, colocó la primera piedra de su demostrador en Frankfurt. En 2024, esta planta producirá 2.500 toneladas de combustible sostenible, especialmente para la aviación. Esto es pequeño en comparación con las necesidades del sector, pero es un paso importante para la industria.
El año pasado, Engie y Safran entraron en el capital de la start-up alemana. “Ineratec es sin duda la start-up que ofrece la oferta más avanzada en el campo de los e-SAF, combustibles sostenibles producidos a partir de electricidad baja en carbono y CO2”, explicó a finales de mayo Yannick Bonnaire, director de Innovación y presidente de Safran Corporate Ventures. . Un año después de entrar en el capital de Ineratec, Safran acaba de “renovar su confianza” a través de una nueva inversión que le permitirá colocar la primera piedra de su fábrica de nueva generación en Frankfurt.
Ineratec produce su e-queroseno utilizando CO2 capturado de la industria, sumado al hidrógeno verde. La particularidad de su proceso radica en su extrema compacidad. “Hemos miniaturizado el proceso. Nuestra solución es compacta y modular”, explica Samantha Michaux, directora de proyectos de Ineratec. La start-up apuesta así por el desarrollo de unidades de producción descentralizadas, lo más cerca posible de los consumidores. El Honda japonés no se equivocó allí. ¡Él también invirtió en Ineratec a principios de este año, no para automóviles, sino para sus aviones!
Los fabricantes de aeronaves no son los únicos que están interesados en la solución de Ineratec. El gigante alemán de la logística y el transporte marítimo MPC también ha puesto sus ojos en la start-up. Su combustible también puede sustituir al diésel en los barcos, sin que sea necesario cambiar el motor. “Los puertos son clientes esenciales para las flotas de embarcaciones pequeñas, con la posibilidad adicional de producir combustible verde lo más cerca posible”, agrega Samantha Michaux.
Una tecnología exitosa, clientes a la cita… Sin embargo, no todos los indicadores son verdes para Ineratec. “Europa no reconoce como verde el CO2 capturado saliendo de fábrica. Esto nos dificulta la selección de sitios en Europa, ya que no podemos acceder a una etiqueta verde. Los desarrollos son más sencillos en Estados Unidos, que también tiene una abundante producción de energías renovables”, añade Samantha Michaux. Tras la batalla de la innovación se abre la de lo legal. La empresa también tendrá que encontrar un equilibrio económico. Hoy, su queroseno cuesta entre 5 y 10 euros el litro en Europa. “Idealmente”, habría que poder bajar a 3 euros la tonelada. Es difícil imaginarse haciendo menos. “Salvar el planeta es caro”, resume Samantha Michaux.