Mes tras mes continúa el colapso en la concesión de permisos de construcción. Entre octubre de 2022 y septiembre de 2023 se autorizó la construcción de 371.300 nuevas viviendas, según estadísticas del Ministerio de Transición Ecológica. Se trata de 146.700 menos que en los doce meses anteriores. ¡Eso es una caída del 28,3% en un año! Aún más espectacular es que la caída es del 19,3% en comparación con el período de 12 meses anterior a la crisis de Covid.

Este descenso afecta a todo tipo de viviendas. Las viviendas unifamiliares están experimentando caídas muy significativas, tanto para las viviendas en fraccionamientos (-27,6%) como para las unifamiliares (-31,8%). La vivienda en edificios siguió el mismo movimiento, con una caída del 28,3%. Incluso las residencias de estudiantes o de tercera edad, que resistieron mejor, registraron una importante caída del 19,7%.

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Los inicios de construcción, que lógicamente siguen a los permisos de construcción, forman parte del mismo movimiento. En doce meses se contabilizaron 315.800 inicios de construcción, lo que representa un descenso del 16,6%. Lógicamente, este descenso se incrementará en los próximos meses. El ministerio destaca que desde el año 2000 los costes de construcción de viviendas unifamiliares nunca han sido tan bajos.

La Federación de Promotores Inmobiliarios (FPI) estima que la actividad de los promotores, presentes principalmente en viviendas colectivas privadas, debería registrar una caída de actividad del 50% en dos años, entre 2021 y 2023, hasta sólo 80.000 viviendas este año. Es colosal. La Federación Francesa de la Construcción (FFB) teme, lógicamente, importantes consecuencias sociales. Considera que este colapso de la nueva construcción podría provocar la pérdida de 150.000 puestos de trabajo directamente relacionados con la construcción de aquí a 2025, pero también otros 150.000 en profesiones relacionadas, como arquitectos, oficinas de diseño o notarios.