En las redes sociales se ha viralizado el vídeo de dos conspiradores, un hombre y una mujer, negándose a someterse a una parada de tráfico. La escena, filmada con un teléfono móvil por el ocupante del vehículo durante 9 minutos y 57 segundos, tuvo lugar en Francia; se desconocen la fecha y hora exactas de la grabación, así como el lugar donde tuvo lugar la escena. etapa, no confirmada.
“No vamos a salir”, dice la mujer dentro de la cabaña, con gafas de sol delante de los ojos, al comienzo del vídeo. Al fondo se puede ver un coche de policía. “Muéstrame tu documento de registro”, ordena un funcionario, que dice ser mayor. “Dependo de la jurisdicción [nombre inaudible de un supuesto municipio], tribunal del pueblo por el pueblo y para el pueblo”, le interrumpe el hombre al volante, que no aparece en el vídeo, seguro de él esta en lo correcto. Este último le tiende un documento que, según afirma, es un permiso de conducir. El policía lo niega.
“El código de circulación no es una ley, es sólo un decreto desde 1922 (…) El control no se realiza”, afirman imperturbables los individuos. El hombre da su identidad: “Pierre, de la familia Legrand, de oídas”. “En minúsculas por favor, no somos empresas”, añade la mujer. “Ya no pertenezco a la empresa de la Presidencia de la República Francesa. Pues sí, es una empresa desde 1947. Y además estáis registrados en la secta de Washington DC, que os convierte en mercenarios en suelo francés. Investiguen un poco, verán que tengo razón”, afirma eruditamente el conductor, frente a los gendarmes desconcertados y exasperados. “¿Maté? ¿Robé?”, pregunta, antes de afirmar que la vía departamental es “propiedad privada”, lo que prohíbe de facto su control.
Mientras el mayor vuelve a pedir el documento de matrícula, los ocupantes pronuncian la famosa frase: “No contratamos”. “Ustedes son una empresa privada, no celebramos ningún contrato con ustedes (…) No matamos, no cometimos ningún delito, eso es todo”. Misma reacción cuando los soldados les piden que se sometan a una prueba de alcoholemia. Y cuando la policía les pide que bajen del vehículo. Como resultado, el hombre fue detenido.
Un funcionario blande una porra telescópica: “Adelante, os están filmando (…) No nos vamos a dar por vencidos (…) Vamos a presentar una denuncia por agresividad y tentación de dañar nuestro coche”, anuncia la mujer. “Podemos tener el juicio, eh”, añade a un lado. El gendarme regresa: “Tengo el acuerdo del fiscal. Estás bajo custodia policial. Ahora sal. Ante la negativa, los gendarmes rompieron los cristales del coche, ahogados por los gritos. El hombre está a bordo.
Los individuos, Pierre y Laetitia, que se presentan como cónyuges, entregaron su versión en vivo el miércoles 3 de abril en el canal “Julie and Leelou”, alojado en el portal de videos conspirativos CrowdBunker. Todo presentado por «Pascal», que dice ser el presidente de SAFAC-J, «un sindicato de interés público de personas socialmente aseguradas a nivel nacional y europeo cuyo objetivo es proteger y defender sus intereses contra el fraude, la corrupción y la injusticia». Podemos leer en Facebook.
“Mi marido no cometió ningún delito, conducíamos despacio. Nos detienen cinco o seis gendarmes para hacernos una prueba de alcoholemia”, dice Laetitia, que dice ser enfermera. “El gendarme estaba allí para romperlo, todavía estoy temblando”, añade, precisando además que la inspección técnica de su coche no está actualizada y que el conductor no está asegurado. “Mi marido se dejó llevar”, concluye. “Fui secuestrada y secuestrada por una pandilla organizada”, añade su marido.
En Para quienes tienen la referencia, quienes dudaron, les aseguramos que nuestro trabajo no es fácil”. Y sus compañeros de los Pirineos Atlánticos respondieron: “¡¡en minúsculas por favor!!”.
Se dice que estos dos individuos pertenecen al movimiento de “seres soberanos”, fundado en Estados Unidos, que cree en el “fraude de nombres legales”. Según ellos, Francia es una empresa privada y el Estado “robaría en secreto a cada uno de sus ciudadanos su nombre jurídico, es decir su personalidad jurídica, todo ello con la complicidad de los funcionarios encargados del registro del estado civil, los magistrados, los banqueros y los medios”, descifra el sitio Conspiracy Watch. Cada individuo que haya sido objeto de una declaración de nacimiento se transformaría en un bono del Tesoro, añade este observatorio de la conspiración.
Según este movimiento, “bastaría, para poner fin a esta “esclavitud”, declararse “soberano” negándose a respetar las leyes, no cumpliendo los contratos que han firmado (ya que habrían sido por su doble legal y no por sí mismos) y en particular dejando de pagar impuestos y derechos diversos”.