Después de la Asamblea Nacional y el Senado, los franceses. Emmanuel Macron les debía una explicación: ayer aclaró su posición frente a Rusia y Ucrania. El presidente volvió a sus comentarios del 26 de febrero, que, al afirmar la posibilidad de enviar tropas a Ucrania, habían ofendido a algunos de sus aliados europeos y preocupado a algunos franceses.
La entrevista del presidente con TF1 y France 2 confirmó por primera vez el cambio radical en su política rusa. Emmanuel Macron, que al inicio de la guerra insistió en llamar a Vladimir Putin para, según dijo, «hacerle entrar en razón», aunque eso significara ser acusado de «complacencia» o «ingenuidad», se convirtió en el de los principales representantes del campo de la firmeza contra el Kremlin. Junto a los países de Europa Central y del Este que consideraba, hace apenas un año, como “yendo a la guerra”.
El cambio de rumbo, así como la promesa de un compromiso europeo adicional, requirió una explicación del texto a los franceses. La guerra, explica Emmanuel Macron, es “existencial” para Ucrania, pero también para Francia. “La seguridad de Europa y de Francia está en juego en Ucrania. Si Rusia gana, la vida de los franceses cambia y la credibilidad de Europa se reduce a cero. ¿Quién puede pensar que Vladimir Putin se quedará ahí?”, insiste el presidente francés. Tiene en mente, en particular, a Moldavia. Y posibles efectos dominó en todo el continente. «Si Ucrania cae, toda la seguridad europea estará amenazada». Por tanto, debemos “hacer todo lo necesario” para impedirlo, sin marcar líneas rojas ni “dar visibilidad” al adversario.
Él, que al comienzo de la guerra había jugado al apaciguamiento con la esperanza de frenar el ardor imperialista del Kremlin, afirmando que «Rusia no debe ser humillada», hoy está convencido de que el Kremlin «no debe ganar». Pero la escalada, si alguna vez ocurre, no vendrá de Francia. “Si las cosas degeneran, será responsabilidad de Rusia”, advierte el presidente. Es ella quien, después de haber atacado o intentado invadir a varios de sus vecinos, está aumentando los ataques y amenazas hacia Europa, y en particular hacia Francia. “Nunca lideraremos una ofensiva ni tomaremos una iniciativa militar”, aseguró. La disuasión, al restablecer el equilibrio de poder, permite evitar verse arrastrados a la guerra.
Emmanuel Macron justificó su cambio de tono y la necesidad de un compromiso adicional de Francia y Europa recordando que los europeos vivimos en un mundo «donde sucede todo lo que pensábamos impensable». La guerra «es en suelo europeo», pero los Estados del continente han puesto «demasiados límites al vocabulario», negándose primero a enviar tanques, luego aviones y finalmente misiles. La cambiante situación actual sobre el terreno requiere un nuevo enfoque.
“La contraofensiva ucraniana no salió como estaba previsto”, recuerda el presidente, destacando el estancamiento de los frentes, la falta de hombres y de proyectiles en el campo ucraniano. Al mismo tiempo, el régimen del Kremlin “claramente se ha endurecido”. En el interior, con la represión de los opositores, en Ucrania con la consolidación del frente ruso gracias a la economía de guerra y al apoyo de los países del “Sur Global”. En el extranjero, con la multiplicación de los actos de agresión contra países europeos, incluida Francia. Este “cambio de contexto” explica por qué, según él, “el inicio de 2024 debe ser un comienzo”. «Decidimos ir más allá», afirmó.
Porque “para tener paz hoy en Ucrania no hay que ser débil”. En boca del presidente, las palabras nunca habían sido tan claras desde el inicio de la guerra. «No habrá paz duradera sin un retorno a la soberanía de Ucrania», incluida Crimea, sugiere el presidente. Y “no habrá seguridad para los franceses sin paz en Ucrania. Sin embargo, la paz en Ucrania no es ni la capitulación ni la amputación de Ucrania”.