Entre la huelga de los agricultores y la huelga de los taxis, lo que intenta hacerse oír es un estruendo más confidencial y apagado. Mientras la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, debe presentar este lunes por la tarde sus deseos a las manitas de la cámara baja, un movimiento de protesta está tomando forma. Para protestar contra el aumento de 300 euros en el anticipo de los honorarios del mandato de los diputados (AFM), un cierto número de colaboradores desean acudir sin chaqueta -aunque obligatoria en el Borbón desde noviembre de 2022- a la ceremonia.

¿Qué tiene de especial este tirachinas? Es la iniciativa, no de un sindicato de colaboradores, sino del canal humorístico “Memes para el taxista ocioso parlamentario”. En este hilo de discusión de la aplicación Telegram, colaboradores anónimos publican vídeos cortos de humor sobre actualidad política y parlamentaria. Desde el anuncio este miércoles 24 de enero del aumento del AFM del 5,4%, los bromistas se han dado un festín.

Contactado por Le Figaro, uno de los autores anónimos explica: “Mientras muchos franceses son los más afectados por la inflación y los agricultores se movilizan para sobrevivir, este aumento de los gastos de los parlamentarios nos parece incomprensible. Denunciamos también la hipocresía de la Oficina de la AN que se ha negado a aumentar el crédito a los colaboradores durante varios años alegando que le costaría demasiado a la Asamblea Nacional. Aunque tenemos empleados que ganan poco más que el salario mínimo y que, como todos los demás, sufrirán la inflación a diario. Lamentamos esto teniendo en cuenta la inflación de geometría variable”.

Creado en 1975 en Francia, el estatuto de colaborador parlamentario permite a los diputados disponer de personal de apoyo. El elegido dispone de un “crédito de colaborador” de 11.118 euros al mes que le permite contratar hasta cinco empleados. A 1 de enero de 2022, la Asamblea contaba con 2.023 empleados, percibiendo una retribución bruta media de 21,45 euros la hora según los servicios internos de gestión financiera de la Asamblea.

Aunque esta revuelta afecta a una reivindicación recurrente, los sindicatos que representan a los trabajadores se mantienen alejados de la iniciativa. Maxime Torrente, empleado de Horizons y gerente de CFE-CGC, explica: “Consultamos con los demás sindicatos, nos dijimos que no era nuestro papel participar. Se trata de un tema bastante delicado y participamos en las negociaciones. Por otro lado, lo utilizaremos como argumento durante las próximas negociaciones. Para este doctor en derecho público: “La correlación entre el movimiento y el aumento de 300 euros del AFM no creemos que sea un tema. No nos oponemos a los recursos asignados a los diputados y a los asignados a los colaboradores”.