Insistió en reventar él mismo el absceso. Blanco de burlas desde su nombramiento en el Quai d’Orsay, Stéphane Séjourné decidió hablar abiertamente sobre su “discapacidad” en una entrevista con Le Parisien publicada este domingo. El ministro para Europa y de Asuntos Exteriores, que ha cometido varios errores en francés en los últimos días, afirma sufrir «dislexia» desde «muy joven». “Hace quince años no hubiera podido tener la discusión que tengo ahora (…). Gracias al trabajo y a la reeducación, casi he borrado todos mis defectos orales», explica el jefe de la diplomacia francesa, cuyas dificultades reaparecen, sin embargo, «cuando hay un momento de fatiga o de estrés importante».

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Por ejemplo, su reciente viaje a Kiev, donde dijo que quería defender los “principios fundamentales” y “ver qué necesitan los ucranianos”. “Allí se me partió la lengua a pesar de haber dormido cinco horas en tres días”, confiesa mientras la secuencia fue ampliamente difundida en las redes sociales y le valió el ridículo. “El ministro de Asuntos Exteriores de la lengua francesa. ¡Qué decadencia para el Quai d’Orsay!», consideró oportuno lanzar el diputado RN Julien Odoul, en la red social X (ex Twitter). Antes de aclarar la cuestión al día siguiente en LCI: «Quizás el Sr. Séjourné debería haber pasado un poco más de tiempo en la escuela», bromeó, criticando sus «tres errores franceses en cinco minutos de entrevista».

“Todo esto lo viví de una manera mucho más traumática cuando era pequeña. Hoy se me está escapando”, pone en perspectiva Stéphane Séjourné, que, por el contrario, pretende utilizar su ejemplo para tranquilizar a otras víctimas de este trastorno. “Millones de personas tienen esto. Quiero enviarles un mensaje: puede parecer insuperable pero, mira, todo es posible. ¡No desesperes!”, dice. Antes de intentar tranquilizar a todo el país: “Esto no afecta diariamente a mi trabajo, a mi eficacia ni a mis intercambios en las negociaciones internacionales. Esta discapacidad no tiene implicaciones”.

Como él, otra figura de la mayoría ya había tenido que explicar las enfermedades menores que le afectan. Se trata de Édouard Philippe, que sufre de vitíligo y alopecia. Dos dermatosis que le provocaron un cambio en su aspecto físico -un blanqueamiento de la barba combinado con la pérdida del cabello y de las cejas- y le obligaron a justificarse. «No es doloroso, ni peligroso, ni contagioso, ni grave», afirmó el alcalde de Le Havre. Y afirmar: “Eso no me impide ser sumamente ambicioso para mi ciudad, no me impide ser sumamente ambicioso para mi país”. A buen entendedor.