Nueva Caledonia se caracteriza por noches de disturbios desde hace casi una semana, donde seis personas, entre ellas dos gendarmes, han perdido la vida. Las represas siguen bloqueando el territorio y el corazón económico de Numea, que se encuentra bajo estado de emergencia. «Hay que restablecer el orden y la confianza», instó este domingo Manuel Valls, invitado del «Gran Jurado RTL-M6-Le Figaro-Paris Première». El ex primer ministro pidió un «acuerdo global» entre leales y separatistas, sin el cual «avanzaremos hacia el caos total», aseguró.

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Mientras Emmanuel Macron llamaba a los actores a volver a sentarse a la mesa, de lo contrario el Congreso se reunirá “antes de finales de junio” para adoptar definitivamente la controvertida reforma de descongelación del electorado en el archipiélago. “Si jugamos unos contra otros, no funcionará. No podemos trabajar la cuestión de Nueva Caledonia lanzando ultimátums”, afirmó Manuel Valls, quien pidió, por el contrario, “un aplazamiento” de la reunión de las dos Cámaras. «Éste es el meollo del desacuerdo y de la profunda hostilidad de los separatistas», añadió.

El ex asesor de Michel Rocard (1988-1991) también animó a Gabriel Attal a «recuperar el control» de este espinoso tema, mientras que, contrariamente a la costumbre, hasta entonces había sido tratado por el ministro del Interior y de Ultramar, Gérald Darmanin. Desde entonces, el Jefe de Estado ha redirigido el expediente a la oficina de Gabriel Attal, devolviendo al Primer Ministro al primer plano de la escena de Nueva Caledonia. “Matignon es la patria de todos los caledonios de buena voluntad”, insistió Manuel Valls.

Sarah Knafo, número tres de la Reconquista en las elecciones europeas, sustituyó en escena a la ex socialista y consideró, por el contrario, que «la fuerza calma la violencia y la debilidad la excita». “La urgencia no es posponer el Congreso de Versalles. No podemos hablar de demandas legítimas cuando los jóvenes que atacan no quieren un compromiso sino que quieren saquear, saquear y cometer violencia”, continuó el asesor de Eric Zemmour.

Contrariamente a la ex primera ministra, Sarah Knafo estimó que ya se había “encontrado un acuerdo político” hace treinta años, durante los acuerdos de Matignon en 1988. “Hace treinta años que dimos una perspectiva con tres referendos (…) «Los caledonios han elegido tres veces seguir siendo franceses», insistió, explicando que «Francia debe mantener sus posiciones».

El alto funcionario no dejó de disparar una flecha en dirección a la izquierda y a los Insoumis, que evocan la defensa de un “primer pueblo” en referencia a los canacos. “Insoumise France es un poco como Mélenchon en París y Zemmour en Nouméa. Hablan de un primer pueblo reconociendo el derecho a no convertirse en minoría en su territorio y, por tanto, a congelar al electorado”, bromeó. Antes de preguntar: “¿Por qué no nos entienden cuando decimos que no queremos convertirnos en minoría en nuestro suelo? »