Uno se ríe, el otro hace una mueca: mientras Boeing vuelve a estar sumida en una crisis con su avión insignia, Airbus nunca había registrado tantos pedidos en 2023 y logró entregar este año el número de aviones que se había fijado. El fabricante europeo de aviones anunció el jueves 11 de enero que había recibido 2.094 pedidos netos el año pasado, rompiendo su récord anterior que databa de 2013 (1.503 pedidos netos). El grupo se ha basado en el éxito de su avión de pasillo único de la familia A320 y de su avión de largo recorrido A350. Excluyendo las cancelaciones y modificaciones de pedidos, habituales en esta industria a largo plazo, Airbus obtuvo 2.319 pedidos brutos, incluidos 1.835 A320 y 300 A350, de nuevo un máximo histórico.

Después de la pandemia, “inicialmente habíamos pronosticado que la aviación se recuperaría entre 2023 y 2025, pero lo que vimos en 2023 es que junto al mercado de pasillo único, el mercado de fuselaje ancho regresó mucho antes de lo previsto y con vigor”, comentó Christian Scherer, director general de Airbus Commercial Aircraft, citado en un comunicado de prensa.

Ante la necesidad de reducir su huella ambiental para lograr la neutralidad de carbono en 2050, como el sector se ha comprometido y se espera que el tráfico aéreo mundial se duplique para entonces, las aerolíneas están inmersas en un amplio movimiento para modernizar su flota. Para garantizar su crecimiento futuro, se esfuerzan por reservar los espacios de entrega disponibles de los fabricantes de aviones lo antes posible. Estos se extienden hasta el comienzo de la próxima década.

Por lo tanto, se han acumulado megapedidos en 2023 para Airbus, ya sea la compañía india de bajo coste IndiGo, que firmó el mayor volumen de la historia de la aviación civil (500 A320), Air India (250 aviones, de los cuales 40 A350) y Turkish Airlines. (230 aviones, incluidos 60 A350). Su cartera de pedidos de 8.598 aviones a 31 de diciembre garantiza muchos años de producción. El fabricante de aviones se ha embarcado en un importante esfuerzo para responder.

Su intención es pasar de 48 A320 producidos cada mes en 2023 a 75 en 2026. En 2019, antes de la pandemia que trastornó sus instalaciones industriales, producía 60. Prevé aumentar su producción mensual de A350 de cinco a nueve a finales de 2025. .

Pero el fabricante de aviones sufre persistentes dificultades por parte de una parte de su cadena de 18.000 proveedores, algunos de los cuales están debilitados por la pandemia, la inflación y las dificultades de suministro, que están retrasando las entregas prometidas. No obstante, el grupo logró entregar 735 aviones a sus clientes en 2023, superando ligeramente su objetivo de 720. El año pasado, Airbus, que ya contaba con 720 aviones, tuvo que abandonar sus objetivos al final del ejercicio. Al final sólo entregó 661.

Las entregas son un indicador fiable de la rentabilidad en la aviación porque las aerolíneas pagan la mayor parte de la factura cuando toman posesión de los aviones. «Son los pedidos que consigamos hoy los que nos permitirán invertir mañana en soluciones innovadoras y aún más sostenibles», promete Christian Scherer. Airbus planea lanzar un avión propulsado por hidrógeno para 2035, por lo que no emitirá CO2, y está empezando a preparar el sucesor del A320 para la segunda mitad de la década de 2030.

Su competidor americano también experimentó un aumento en sus pedidos (1.314 pedidos netos, 1.456 excluyendo cancelaciones y modificaciones). Para lograrlo, confía en el éxito comercial del 737 MAX (987 pedidos) y del 787 de larga distancia (313 pedidos). Pero el gigante americano sigue sumido en problemas de producción y control de calidad y sólo entregó 528 dispositivos durante el año. La semana pasada, un trozo de fuselaje de un 737 MAX de Alaska Airlines se rompió en pleno vuelo, sin causar heridos, pero empañando una vez más la imagen del avión tras dos accidentes relacionados con defectos de diseño que provocaron un total de 346 muertes en 2018 y 2019.