Un gran hallazgo. En Bélgica, una familia descubrió que un trozo de mármol incrustado en una de las paredes de su casa procedía del prestigioso yacimiento arqueológico de Pompeya, informa France Info. Todo empezó cuando los propietarios de la casa, con ganas de mudarse, hicieron valorar esta losa de mármol que iba integrada en la pared de su escalera. Envían fotografías por correo electrónico al museo galorromano de Tongeren. “Rápidamente nos dimos cuenta de que se trataba de un objeto de Pompeya, robado en los años 70”, afirma Bart de Marsin, arqueólogo de la institución responsable de la estimación.

La pieza de mármol ilustra un terremoto, probablemente el ocurrido en el año 62 d.C., y corresponde «a una pieza similar, que también representa edificios que se derrumbaron durante este terremoto», según los detalles proporcionados por el arqueólogo a VRTnws. El pequeño friso, dividido en dos piezas, decoraba una rica casa romana y fue expuesto en el emplazamiento de Pompeya. Cuando en los años 1970 el turista belga finalizó su visita al lugar, adquirió uno de los dos restos de un vendedor ambulante.

Según France Info, el objeto, declarado robado, debería encontrar el lugar que le corresponde en Pompeya. Pero su actual propietario, que considera que la pieza de mármol incrustada en su pared ha permitido su buena conservación, ha emprendido acciones legales para obtener una indemnización.

Si el turista belga alega buena fe, los demás turistas tienen menos escrúpulos. La prensa italiana informa periódicamente sobre robos por parte de personas poco delicadas que no dudan en regalarse un pequeño recuerdo durante una visita. En 2019, La Repubblica informó que un visitante británico comenzó a quitar parte del mosaico que decoraba el piso de una domus pompeyana. En 2020, una turista canadiense devolvió, 15 años después de los hechos, los artefactos que había robado del sitio de la antigua ciudad, algunas baldosas de cerámica y un trozo de ánfora. Un robo que, según ella, no le trajo “más que desgracias”…