Estados Unidos anunció el miércoles la liberación de 250 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, su último tramo disponible sin una nueva votación en el Congreso estadounidense. Las negociaciones entre parlamentarios republicanos y demócratas sobre la validación del paquete de 61.000 millones de dólares en el que insistieron el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo ucraniano Volodymyr Zelensky siguen fracasando.

“Es imperativo que el Congreso actúe lo antes posible para promover nuestros intereses de seguridad nacional ayudando a Ucrania a defenderse”, dijo el miércoles el secretario de Estado Antony Blinken en un comunicado. Sin embargo, los líderes del Senado ya han señalado que el Congreso terminará el año sin aprobar nuevos fondos, otra decepción más para el presidente ucraniano, en un año marcado por esperanzas decepcionadas de una gran contraofensiva y una mayor presión de Rusia en el frente.

Lea también Ihor Kolomoïsky, gloria y miseria del oligarca que impulsó la carrera de Volodymyr Zelensky

La Casa Blanca había advertido que «se quedaría sin recursos» para Ucrania «antes de fin de año». Sólo nos queda un sobre de ayuda” antes de que “se agoten” los fondos dedicados a Ucrania, anunció el 18 de diciembre un portavoz de la Casa Blanca, John Kirby. “Cuando se envíe ya no tendremos autorización (…). Y necesitaremos que el Congreso actúe sin demora”, advirtió. Volodymyr Zelensky vino personalmente a Washington a mediados de diciembre -su tercer viaje a la capital estadounidense en un año- para intentar aumentar la presión.

Pero casi dos años después del inicio de una guerra que se estanca – y de que el Congreso ya ha liberado más de 110 mil millones de dólares – la cuestión de la continuidad de este apoyo, «el tiempo que sea necesario», a Ucrania, se plantea con más y más insistencia. Los republicanos, en particular, empezaron a considerar que el proyecto de ley era demasiado elevado. Habían condicionado su apoyo a este nuevo paquete a un endurecimiento drástico de la política migratoria estadounidense. Sin embargo, las negociaciones sobre esta explosiva cuestión no terminaron a tiempo. Consciente de que la sensación de urgencia se ha desvanecido en Washington desde el inicio de la guerra en 2022, el presidente Biden había pedido al Congreso que combinara su solicitud de ayuda para Ucrania con otra de unos 14.000 millones para Israel, aliado de Estados Unidos en la guerra contra Hamás. .

Hasta ahora, en vano. Desde el inicio del conflicto, el Kremlin ha estado apostando por la disminución de la ayuda occidental, y cualquier vacilación por parte de los aliados de Kiev refuerza la creencia de Rusia de que su apuesta será ganadora. Sin embargo, el hecho de que el Congreso no haya aprobado este sobre no significa el fin del apoyo de los Estados Unidos a Kiev. Los parlamentarios estadounidenses vuelven a la escuela el 8 de enero, y los líderes republicanos y demócratas del Senado sólo han manifestado su intención de validar este sobre, que incluye un componente militar, humanitario y macroeconómico. Es en la Cámara de Representantes, que también debe aprobar estos fondos, donde las cosas se complican. Su nuevo presidente, el republicano Mike Johnson, no se opone, en principio, a ampliar la ayuda estadounidense, pero afirma que no está suficientemente regulada.