Cosa prometida cosa debida. Una semana después de la aprobación forzada del proyecto de ley de inmigración, cuyos debates fueron inicialmente rechazados en la Asamblea Nacional antes de que el texto se endureciera durante las negociaciones entre el ejecutivo y la derecha, Emmanuel Macron, como se había comprometido a hacer, se refirió la cuestión al Consejo Constitucional a este respecto. Si bien el comité conjunto (CMP), que reúne a un puñado de diputados y senadores, fue concluyente, algunas disposiciones, impulsadas por los republicanos, crearon malestar en la mayoría y en el propio gobierno. Lo que provocó una división bastante sin precedentes en su ala izquierda, incluidos unos sesenta diputados que votaron en contra o se abstuvieron en la votación final.

Acusado por la izquierda de haber incluido en la ley propuestas formuladas desde hace mucho tiempo por la Agrupación Nacional, Emmanuel Macron pretende garantizar la buena regularidad de las medidas con el texto fundacional de la Quinta República. Recordando, en una carta enviada a los Sabios el 21 de diciembre, que se añadieron 60 artículos a los 26 iniciales, durante la discusión parlamentaria, el Jefe de Estado “desea, en nombre de la misión que le ha confiado el artículo 5 del la Constitución que las disposiciones de la ley sólo pueden aplicarse después de que el Consejo Constitucional haya verificado los derechos y libertades que garantiza la Constitución”.

Como el texto «evolucionó con respecto a su versión gubernamental», Emmanuel Macron «remite», en virtud del artículo 64, «la ley destinada a controlar la inmigración y mejorar la integración» a la autoridad presidida por Laurent Fabius. Con su iniciativa, que pretende tranquilizar a sus tropas, espera que se rechacen determinadas disposiciones. Entre estos últimos, podrían censurarse las cuotas de inmigración plurianuales votadas por el Parlamento, el restablecimiento de un delito de residencia ilegal o la medida que hace fluctuar el pago de prestaciones sociales en función de la situación profesional y de la duración de la presencia en Francia. Como se indica en el sitio web del Consejo Constitucional, los Sabios también fueron contactados por el Primer Ministro y por más de sesenta diputados de izquierda, representados por los presidentes de los grupos rebeldes, ecologistas, socialistas y comunistas.

Invitado de France 5 la semana pasada, Emmanuel Macron vio en el texto “un escudo que nos faltaba”. Si no aprueba todas las disposiciones de esta última, como el depósito exigido a los estudiantes extranjeros, que «no es una buena idea», el presidente espera que el Consejo Constitucional «se pronuncie sobre la conformidad total o parcial de esta ley». Con un leitmotiv: luchar contra la RN “abordando los problemas que la alimentan” y “demostrando que hay una respuesta en el campo republicano coherente con nuestros valores”.