El suspenso se venía gestando desde junio pasado. Con un timing perfectamente controlado, Emmanuel Perrotin decidió anunciar la venta del 60% de su galería al fondo Colony Investment Management, en vísperas de la inauguración de la principal feria suiza de arte moderno y contemporáneo. Este anuncio de la entrada mayoritaria de un inversor en el capital de una galería tuvo el efecto de una bomba. Marcó un cambio de época y, sobre todo, la irresistible financiarización del mercado del arte, imprescindible para crecer y mantenerse en la competencia internacional.

Después del verano, ¡no más guerra de noticias! Ni siquiera durante el París de Art Basel en octubre, en el Grand Palais Ephémère o, más recientemente, en Art Basel Miami, a principios de diciembre, donde Emmanuel Perrotin estaba en su stand pero evitando cualquier discusión. Basta preguntarse sobre el resultado de las conversaciones con Colony IM, propiedad de Nadra Moussalem, expropietario del PSG y exaccionista de Carrefour y Accor. Las negociaciones con este fondo especializado en bienes raíces, crédito y capital privado estaban visiblemente en marcha, con secretismo en el mundo empresarial. Tardaron mucho en concretarse porque Perrotin, inicialmente una galería francesa, se ha convertido en una marca internacional, con cerca de diez marcas en tres continentes, pero también ediciones y numerosos productos derivados.

El imperio de este empresario de 55 años, que empezó de la nada, se extiende ahora desde París hasta Nueva York, pasando por Hong Kong, Shanghái, Tokio, Seúl y Los Ángeles. Incluye un ejército de más de 160 empleados, en quienes delega en gran medida pero que permanece bajo su control permanente. Emmanuel Perrotin es el primero y sin duda el único que ha desarrollado un software de alto rendimiento que le permite conocer el estado de sus existencias y ventas en tiempo real, en todos los países donde está establecido. Pero sobre su rotación sigue siendo poco hablador. El monto de la transacción con Colony no fue revelado. Los escenarios son buenos en cuanto a la rentabilidad de la marca Perrotin y sus beneficios netos, teniendo en cuenta la masa de sus inversiones en todo el mundo, entre producción de obras, apoyo a los artistas, exposiciones, participación en ferias, más de una veintena al año.

En un comunicado de prensa publicado el martes por la mañana, sabemos oficialmente que “al final de un período de negociaciones exclusivas, Colony IM y Perrotin anuncian que han cerrado los términos de la transacción que permitirá a Colony IM convertirse en accionista mayoritario de hasta el 60 %. de Perrotín. Este histórico acercamiento entre arte y finanzas lo había deseado y provocado Emmanuel Perrotin, lanzando una pelota al mar, a finales de 2022, durante la inauguración de su galería en Dubái, donde el artista japonés Takashi Murakami era el centro de atención. Esta entrada en el capital le permitirá disponer de mayores recursos y la organización necesaria para afrontar los nuevos retos globales del sector. Quiere seguir haciendo crecer su marca según una visión más cercana al empresario que al galerista clásico, como multinacionales como Gagosian o Hauser.

Aunque ya no tendrá las manos completamente libres, este nuevo impulso permitirá reforzar la experiencia desarrollada durante más de treinta años por Emmanuel Perrotin y crear otras nuevas, al servicio de proyectos excepcionales. El comunicado de prensa concluye que “Emmanuel Perrotin, presidente de Perrotin, y Nadra Moussalem, presidenta y directora ejecutiva de Colony IM, están encantados con este acuerdo y trabajarán en estrecha coordinación, con la asistencia de todos sus equipos, para apoyar el desarrollo de la galería en todo el mundo. Emmanuel Perrotin no quiere hablar por el momento, pero nos contará más a principios de año, en enero.