Otra escaramuza más para Vivendi y su atolladero italiano. Desde hace varios meses, el mayor accionista del operador transalpino Telecom Italia está en guerra abierta contra el consejo de administración del buque insignia local. Este último decidió vender su red fija al fondo de inversión estadounidense KKR sin pasar por la votación de los accionistas en una junta general. Una actitud considerada «ilegal» por Vivendi, que decidió este viernes hacer realidad sus amenazas presentando una denuncia en Milán para que se cancelara la operación.
Vivendi, accionista del 23,75% de Telecom Italia (TIM), sigue criticando desde la primavera esta propuesta de venta de la red fija de Telecom Italia por un importe que podría alcanzar como máximo 22 mil millones de euros. La operación es histórica en la industria europea de las telecomunicaciones. Nunca un operador se ha desprendido de su red fija, es decir, las “joyas de la corona” de un operador. Pero la situación en Telecom Italia es alarmante. El grupo se enfrenta a una deuda colosal de más de 26.000 millones de euros, sufrió una pérdida de 2.920 millones de euros el año pasado y unas perspectivas de crecimiento sombrías. En el terreno, la llegada de Iliad (propiedad de Xavier Niel) en 2016 sacudió el mercado de operadores locales, provocando una caída de los precios y de la rentabilidad de los actores establecidos.
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Con la venta de su red fija a KKR, el consejo de administración de Telecom Italia quiere dar nueva vida y centrarse en el desarrollo de la fibra óptica en el país. Pero Vivendi no lo ve así. El grupo de Vincent Bolloré considera que esta venta no resolvería en modo alguno las dificultades operativas del grupo italiano ni sus vagabundeos estratégicos y de gestión. Vivendi, que no se resiste a conservar el activo, exige sin embargo un precio de 31.000 millones de euros por la red fija, mucho más que los 19.000 millones prometidos por KKR. Un precio que podría aumentar hasta los 22.000 millones en caso de fusión de Telecom Italia con Open Fiber, propietaria de una red de fibra óptica competidora, y de compra de Sparkle, entidad especializada en cables submarinos.
En 2022, un primer acercamiento de KKR fracasó debido a la negativa de Vivendi. El fondo estadounidense volvió a la carga a principios de 2023. El grupo francés, por su parte, ha intensificado desde el verano sus intentos de descarrilar este acuerdo. Después de haber renunciado a todos sus puestos en el consejo de administración de TIM en enero, el grupo escribió varias veces al consejo de administración, pero también al regulador del mercado de valores italiano, o intentó convencer a los demás accionistas para que bloquearan la operación durante el asamblea general extraordinaria, sin haber sido consultada esta última por TIM.
En un comunicado de prensa publicado a principios de noviembre, después de la última luz verde dada por el consejo de administración de TIM a la operación, Vivendi consideró que los accionistas de Telecom Italia habían sido “violados”. Según el grupo francés, la decisión se tomó “sin haber informado y solicitado previamente el voto de los accionistas de Telecom Italia, violando así las normas de gobernanza aplicables”.
Protestando contra una decisión «ilegal» que implica «la responsabilidad de los directores de TIM que votaron a favor de la operación», Vivendi amenazó con presentar una denuncia, basando su análisis en «cinco dictámenes jurídicos» según los cuales tal transferencia debía realizarse. mediante la votación en una Asamblea General Extraordinaria de Accionistas
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