El Consejo de Estado «insta» a Francia a devolver a un uzbeko que fue expulsado a su país de origen a pesar de una decisión de la justicia europea, según una orden del alto tribunal administrativo. Este ciudadano uzbeko, sospechoso de radicalización islamista por los servicios de inteligencia franceses, fue deportado el 15 de noviembre en avión a Uzbekistán.
«Se ordena al Ministro del Interior y de los Territorios de Ultramar y al Ministro de Europa y de Asuntos Exteriores que adopten lo antes posible todas las medidas útiles para permitir el regreso, a expensas del Estado, de M.A. a Francia», se escribe en Esta orden fue tomada el 7 de diciembre. «Sin embargo, no hay ningún motivo para vincular esta medida cautelar a una pena», aclaró el Consejo de Estado.
Este ciudadano uzbeko, objeto de una prohibición administrativa de acceder al territorio desde abril de 2021, es objeto desde marzo de una medida provisional dictada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para impedir su expulsión, «por estar su vida en peligro en su país». de nacionalidad”, según asociaciones de derechos humanos.
La decisión del Tribunal Penal de Estrasburgo, pero también una remisión de última hora a la justicia administrativa, deberían haber protegido teóricamente a este hombre sospechoso de radicalización islamista por los servicios del Ministerio del Interior. «Venimos a saludar algo normal, es decir, el respeto del Estado de derecho», respondió a la AFP su abogada, la señora Lucie Simon.
Consultado, el Ministerio del Interior no quiso reaccionar a la decisión del Consejo de Estado. «Es un desaire tanto para el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que anunció no respetar el CEDH, como para el tribunal administrativo de París que se pronunció en un procedimiento sumario» el 16 de noviembre, comentó Me Simon.
Preguntado, el juez en procedimiento sumario señaló que la condición de emergencia no podía considerarse cumplida ya que la decisión que determinaba el país de destino había sido ejecutada en su totalidad, “un error de derecho”, según el Consejo de Estado.
Según Interior, entrevistado el 1 de diciembre, los servicios de inteligencia franceses consideran a este hombre, de 39 años, “radicalizado” y “muy peligroso”. El ministerio también consideró que no era probable que “corriera un riesgo personal, real y grave al ser devuelto a Uzbekistán” después de haber ido allí en 2018 y haber tenido un hijo allí en 2019 sin que las autoridades locales lo preocuparan. Sobre el perfil del deportado, Me Simon recuerda que su cliente no ha sido condenado y que su “expediente penal está vacío”.