Un infierno para un Volvo es estar a 80 kilómetros al este de Gotemburgo. Es en este lugar de 700 hectáreas donde la marca sueca prueba sus últimas novedades. Dia y noche. Noche y dia.
Con un poco de suerte, los vecinos de la zona ven de vez en cuando a alguno de estos modelos, camuflado, escapar de estas instalaciones abiertas hace poco más de 50 años.
Hoy en día, lo que vemos principalmente son prototipos del EX90. Este vehículo utilitario totalmente eléctrico con capacidad para siete personas a bordo llegará a los concesionarios en otoño, un año más tarde de lo previsto. El desarrollo de software aparentemente planteó más problemas de los esperados. Y dado que el EX90 (ofrecido a partir de 110.000 dólares) será el embajador de su transición energética, Volvo no tiene margen de error.
Para demostrar que el EX90 se encuentra en su fase final de desarrollo, Volvo invitó a algunos miembros de la prensa especializada a probarlo, pero sentados en el asiento del pasajero… El volante está confiado a los conductores de la empresa. No escatimaron esfuerzos para lograr hazañas a los mandos de un vehículo utilitario cuyo peso ronda todavía los 2.700 kg. El EX90 controla correctamente los movimientos de su carrocería y parece bastante alerta al cambiar de carril. La presencia de un vector de par combinado con los atributos específicos de un vehículo eléctrico (a menudo una distribución ideal del peso y un centro de gravedad más bajo) ayuda a que este Volvo sea eficiente en las curvas.
Por el contrario, en algunos tramos de los circuitos realizados dentro del complejo Volvo, el EX90 daba la impresión de sufrir un ligero sobreviraje al entrar en una curva, antes de sufrir un subviraje al salir. Al menos, estas son nuestras observaciones a juzgar por las correcciones aplicadas al volante por Mattias Davidsson, nuestro piloto de pruebas. Esto nos recuerda rápidamente que si este Volvo se deja conducir con brusquedad, esa no es su vocación principal. “Nuestras especificaciones preveían un vehículo cómodo, silencioso y, sobre todo, muy predecible de conducir. » Es imposible validar este último punto (facilidad de manejo), pero está claro que en términos de comodidad y silencio, los objetivos parecen haberse cumplido perfectamente. Los dos propulsores eléctricos aseguran que el EX90 se mueva con energía, pero sin emitir el más mínimo ruido. La suspensión con muelles neumáticos de dos cámaras (por primera vez en Volvo) contribuye a la sensación de suavidad en línea recta.
El elevado radio de giro del EX90 (11,9 m) puede penalizarlo en determinadas maniobras a baja velocidad. Volvo no consideró necesario rectificar la situación añadiendo, por ejemplo, un sistema de tracción total. Podemos entenderlo: los Volvo nunca han tenido buena reputación en este ámbito.