(Londres) Los precios del petróleo subieron ligeramente el miércoles, impulsados por los primeros datos semanales sobre las acciones estadounidenses, a la espera de la decisión de política monetaria de la Reserva Federal y de la inflación estadounidense.
Alrededor de las 05:35 (hora del Este), el precio del barril de Brent del Mar del Norte, para entrega en agosto, subió un 1,16% hasta 82,87 dólares.
Su equivalente estadounidense, el barril de West Texas Intermediate (WTI), para entrega en julio, ganó un 1,30% hasta 78,91 dólares.
Los dos índices de referencia mundiales continuaron su impulso alcista desde el comienzo de la semana.
Los precios encontraron apoyo en los primeros datos semanales sobre los inventarios de petróleo de Estados Unidos correspondientes a la semana que finalizó el 7 de junio.
La API, la federación de profesionales del sector, informó la semana pasada de una disminución de las reservas comerciales de crudo de 2,4 millones de barriles por día, y de 2,5 millones de barriles por día de gasolina.
La “caída de los inventarios de petróleo crudo es mayor de lo esperado”, señala Tamas Varga, analista de PVM Energy.
Los inversores están a la espera de las cifras de la Administración de Información Energética (EIA) de EE.UU. más tarde el miércoles.
Finalmente, el mercado debería permanecer atento a la publicación más tarde el miércoles del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo en Estados Unidos.
“A esto le seguirá la decisión de la Reserva Federal estadounidense (FED) sobre los tipos de interés, que probablemente los dejará sin cambios”, señala Tamas Varga.
«La publicación de sólidos datos de empleo en Estados Unidos el viernes hizo temer que la Reserva Federal mantuviera los tipos de interés en un nivel más alto durante más tiempo», recuerda John Plassard, analista de Mirabaud.
La conferencia de prensa posterior a la decisión de la Reserva Federal «podría proporcionar alguna indicación de cuándo podría comenzar la flexibilización de la política monetaria», dice Varga.
Un entorno de tasas altas tiende a frenar el crecimiento y, por lo tanto, la demanda de crudo, mientras que las tasas de interés más bajas son favorables a las compras de petróleo al promover el crecimiento.