(Québec) Durante la semana pasada, los agricultores de la costa sur dijeron haber recibido visitas de agentes inmobiliarios que deseaban comprar y desarrollar sus tierras en preparación para la llegada de un tercer enlace de la autopista Quebec-Lévis.

«Los llamo buitres», confiesa en una entrevista el presidente de la Unión de Productores Agrícolas (UPA) de Chaudière-Appalaches, James Allen, que teme la aceleración de la expansión urbana y la pérdida de excelentes tierras agrícolas.

Para él, la resurrección del proyecto del tercer enlace de autopista hacia el este, cerca de la isla de Orleans, es una “sorpresa” que, una vez más, suscita importantes preocupaciones entre sus miembros.

Además, el Ministro de Agricultura, André Lamontagne, no avisó a los agricultores.

«Québec no puede permitirse el lujo de perder más tierras agrícolas, tierras cultivables», insistió.

Las intervenciones del Ministerio de Agricultura son insuficientes para garantizar la protección y el desarrollo del territorio agrícola, subrayó en particular en su informe.

Según Allen, si quiere construir un tercer enlace hacia el este, el gobierno Legault debe al menos crear un fideicomiso para preservar la vocación agrícola de las tierras de la costa sur, como ya se hizo en Montreal.