¿Es Francia el sombrero de tonto ante la inflación de alimentos en Europa? Si hace unos meses estaba a la cabeza de los buenos estudiantes, ahora está al final de la clase, según un análisis de NielsenIQ para LSA. El panelista analizó los precios de miles de productos de consumo en siete países europeos. Su observación es clara: “hoy, Francia es el país donde los precios han aumentado más desde enero de 2022”. Francia ocupa así el primer lugar con una inflación alimentaria acumulada del 17,9%, entre enero de 2022 y agosto de 2023. Le siguen España, con un 17,2%, el Reino Unido con un 16,7%, Italia con un 16,4%, Alemania con un 15,5%, Bélgica con 14,9% y Portugal con 12,4%.
Sin embargo, Francia estaba entre los países mejor situados en enero pasado, con una inflación de alimentos fijada en menos del 12% en un año. Sólo Bélgica había logrado contener su inflación por debajo de este umbral. Desde entonces, otros países de Europa occidental han reducido considerablemente su inflación de alimentos, como España, que en enero registró un aumento interanual del 15% y que alcanzó el 8,9% en septiembre pasado. Francia se sitúa ahora en un 9,5% en un año, pero está por delante de sus vecinos, como Alemania, con un 7,1%, Italia con un 6,7% y Portugal, con un 5,7%.
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«En Francia, la guerra de precios se prolongó durante cuatro o cinco años, las marcas querían utilizar precios bajos, lo que provocó una fuerte deflación», explica a Le Figaro Daniel Ducrocq, responsable de la distribución para Europa Occidental en NielsenIQ. “Entre 2017 y 2022, los productos de una misma marca registraron una caída de precio del 15% en promedio”, añade. Por lo tanto, Francia está experimentando una “puesta al día”, en particular con un aumento de los precios durante el último año y medio, en parte debido a la guerra en Ucrania y al aumento de los precios de las materias primas. “No volveremos al precio anterior”, ya advierte Daniel Ducrocq.
Para el especialista, otro parámetro explica la mala posición de Francia: «aquí la inflación aparece más tarde porque sólo realizamos una negociación comercial al año, mientras que otros países europeos negocian varias veces al año». Por eso el ministro de Economía, Bruno Le Maire, anunció el 31 de agosto que quería avanzar en estas negociaciones entre supermercados y fabricantes. En consecuencia, deberán concluir el 15 de enero para las empresas con una facturación inferior a 350 millones de euros, y el 31 de enero para el resto. «Esperamos que haya una caída a partir de marzo», subraya Daniel Ducrocq.
Si el ejecutivo ya habla del fin de “la crisis inflacionaria”, la realidad corre el riesgo de ser muy diferente en las estanterías. El director general de Coca-Cola anunció este lunes a Le Parisien un aumento del 7% en los precios brutos ofrecidos a los distribuidores. “Tenga en cuenta que esto no significa que nuestros productos aumentarán en la misma cantidad, ya que negociaremos esta cifra con los grandes minoristas. Luego, cada distribuidor será libre de obtener más o menos margen sobre tal o cual producto, antes de fijar el precio final”, advierte François Gay-Bellile. Los franceses, por su parte, observan impotentes el yo-yo de los precios y las riñas de los distintos actores.