Enjaezado como los escaladores, cae unos veinte metros en el lugar de la estrella de la película. Al volante de un coche de carreras que ruge, realiza una serie de giros precisos. Con un traje ignífugo, se enciende como una antorcha humana, se desliza sobre el asfalto como si fuera esquí acuático o incluso cae desde una plataforma para realizar el salto de un ángel captado en una vista panorámica. En pocas palabras, su trabajo son las cascadas. Su especialidad, la castaña. Sin embargo, su nombre nunca aparece en la parte superior del cartel, sino en letra pequeña al final de los créditos. Colt Seavers (Ryan Gosling) es un especialista de Hollywood acostumbrado a interpretar a sombras. Lo apodan “The Fall Guy”, “el hombre que cae”… Y que siempre se levanta, con el pulgar hacia arriba como hacen todos los dobles de cine para indicar que todo está bien, después de la palabra “cortar”.
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En The Fall Guy, este héroe elegante con profunda humildad recién se está recuperando de un accidente que casi le cuesta su carrera. Una productora tan cínica como oportunista lo contrata para encontrar a la estrella de la que es el suplente habitual y que ha desaparecido de la próxima superproducción de su pequeña protegida (Emily Blunt). Quiso la suerte que Seavers esté loco por este director novato, con quien coqueteó.
Hasta aquí la trama, fina pero sólida, de una película que es puro entretenimiento. Al adaptar a la pantalla grande El hombre que cae derecho, una encantadora serie antigua de los años 80 con Lee Majors (también conocido por ser “El hombre que valía tres mil millones”), el ex doble de acción David Leitch ha creado una película bastante emocionante y. girando.
Después de debutar en los años 1990 en series como Buffy, la cazavampiros o en películas como Matrix o El club de la lucha, Leatch se convirtió en los años 2000 en codirector de especialistas, junto a su amigo Chad Stahelski, de la película John Wick. Desde 2014, ha orientado su carrera hacia películas de acción poco convencionales, tan rítmicas como entretenidas.
The Fall Guy es uno de esos largometrajes con coreografías inventivas, cada secuencia de acción da lugar a piruetas tan divertidas como originales. Bajo un aire de superproducción, la película se afirma como una carta de amor dedicada al trabajo invisible de los especialistas de Hollywood o, más en general, una oda sincera a todos los equipos técnicos y otras “manitas” que hacen la magia del cine ayer. y mañana.
Leitch incluso añadió el ingrediente extra de una comedia romántica donde los dos personajes principales siguen discutiendo mientras arden por abrazarse. Al invocar el espíritu ligero de las comedias de Spencer Tracy y Katharine Hepburn, perpetuadas más tarde en Cuando Harry conoció a Sally o En busca del arca perdida, The Fall Guy multiplica las referencias al cine de Hollywood de antaño. Después de interpretar la figura de Ken en Barbie, Ryan Gosling se siente cómodo en este papel de “hombre de acción”. En Hollywood, es el actor que llega en el momento justo…