Hay algo mágico en tropezar con una playa que no aparece en las guías turísticas. Sin multitudes, sin vendedores ambulantes ofreciendo sombreros o cerveza, sin filas de tumbonas alineadas como fichas de dominó. Solo un tranquilo tramo de arena, el aroma a sal en la brisa, y tal vez un par de pelícanos volando bajo sobre el agua.
Si te diriges a Panamá y deseas tener ese tipo de experiencia descalza y fuera del mapa, estás de suerte. Más allá del canal, más allá de Bocas y San Blas, hay una serie de playas discretas donde el tiempo se alarga, tu teléfono pierde señal, y empiezas a olvidar en qué día estás.
Hablemos del lado secreto de la costa de Panamá, dónde ir, cómo llegar y por qué vale la pena saltarse los destinos habituales.
Por qué Panamá es un Paraíso Tranquilo
La mayoría de los viajeros llegan a Panamá con un plan: visitar Casco Viejo, echar un vistazo al Canal, quizás ir a Bocas del Toro o a las Islas Perlas. Todas ideas geniales. Pero una vez que superas lo obvio, empiezas a ver un lado diferente del país, uno que recompensa la curiosidad.
Panamá tiene más de 1,500 millas de costa, divididas entre el Caribe y el Pacífico. Mientras que algunas zonas han sido reclamadas por resorts o grupos turísticos, todavía hay rincones que pasan completamente desapercibidos. Muchos de estos son accesibles solo en bote, 4×4, o una combinación de ambos, y eso es exactamente por qué han permanecido tan prístinos.
Si una playa suena demasiado buena para ser verdad y parece haber sido escrita de un tirón, un verificador de IA podría confirmar tu sospecha.
Playa Bluff
Dónde: Provincia de Bocas del Toro, pero lejos de la ciudad principal
Cómo llegar: 30 minutos en taxi o en bicicleta desde Bocas Town
Lo mejor para: Surfistas, amantes del amanecer y largas caminatas por la playa
Sí, Playa Bluff está técnicamente en el mapa turístico. Pero si caminas lo suficiente, más allá de los pocos bares de playa y el ocasional eco-lodge, encontrarás un tramo de costa que se siente completamente virgen. Sin Wi-Fi, sin multitudes, solo millas de arena color caramelo, densa jungla a tus espaldas, y olas que no les importa si has surfeado antes.
Consejo profesional: Empaca agua y aperitivos antes de salir. Una vez lejos de los hoteles, no hay nada más que naturaleza. Y el sol pega fuerte.















