Desde el inicio del curso escolar, el número de niños obligados a dormir en la calle ha aumentado, alertaron el martes 17 de octubre asociaciones y parlamentarios que piden un aumento del número de plazas de alojamiento de emergencia y medidas para permitir el acceso. a la “vivienda sostenible”.

La noche del 2 de octubre, 2.822 niños, entre ellos 686 menores de tres años, permanecían sin solución de alojamiento, después de que sus familias intentaran sin éxito conseguir alojamiento llamando al 115. La cifra aumentó un 42% respecto al mes anterior, señala un comunicado de prensa conjunto del Colectivo de Asociaciones Unidas, Unicef ​​​​Francia, el colectivo Jamais Sans Toit y la Federación de Padres FCPE.

Una situación tanto más preocupante cuanto que esta cifra sigue estando subestimada, ya que “no tiene en cuenta a las familias en la calle que ya no llaman al 115 o no pueden localizarlo ni a los menores no acompañados”.

«Lamentablemente, las cifras son implacables, el número actual de plazas no es suficiente, hay una especie de vulnerabilidades, precariedad», comentó Nathalie Latour, portavoz del Colectivo de Asociaciones Unidas, en una rueda de prensa.

Es necesario crear 10.000 plazas adicionales de alojamiento de emergencia, estiman las asociaciones. Por ahora, el Gobierno sólo tiene previsto mantener las 203.000 plazas que ya existen.

«La exclusión residencial pone en peligro la salud mental de los niños», subrayó Béatrice Lefrançois, secretaria general de Unicef ​​​​Francia. «Están privados de sueño, de privacidad, se mueven con frecuencia y tienen dificultades para acceder a la escuela».

En un foro, las asociaciones y 55 parlamentarios de diferentes partidos exigen también la aplicación de un programa plurianual «de la calle a la vivienda», dotado de «medios suficientes» para que todos los niños sean alojados y para «promover su acceso a la vivienda sostenible mediante la producción y asignación de más viviendas sociales.