Le Figaro Burdeos

Con los brazos cruzados en el banquillo, el acusado minimiza los hechos que admitió durante sus audiencias. Colocado bajo la OQTF tras su última custodia policial, Hugo V.G. fue remitido el miércoles al tribunal de Burdeos. Se le acusa de haber robado cables eléctricos por valor de 39.600 euros en el enlace 4, de haber atacado con un cuchillo a una persona cuyo depósito estaba extrayendo y de haber robado, en una reunión, 1.550 litros de gasolina a los bomberos de la Gironda. Estos últimos presentaron nueve denuncias.

Delitos cometidos entre el 8 de agosto y el 9 de octubre de 2023 en Burdeos, por los que fue declarado culpable y condenado a diez meses de prisión con orden de procesamiento. El 19 y 20 de enero, el hombre de 40 años ya había sido condenado a una multa y a una pena de prisión suspendida por el robo de diez bidones de gasolina en perjuicio del SDIS 33 y de una empresa de Burdeos.

Consumidor de heroína, cannabis y alcohol de todo tipo, Hugo V.G. También admite una adicción a la cocaína, que comenzó cuando tenía 14 años. El portugués, que vive bajo los puentes de Burdeos, ingiere tres gramos al día, lo que supone un gasto diario de 200 euros, por lo que también fue juzgado. “Es un pobre desgraciado como muchos de nosotros. Un adicto que ha tocado fondo. Es ciertamente un profesional del desvío, pero no estamos ante el jefe de una red de ladrones organizada”, defendió Pascale Sadoux-Allard, su abogada.

Una lectura de los hechos no compartida por la fiscalía de Burdeos y los abogados del SDIS 33 y de la Dirección Interregional de Carreteras Atlánticas (Dira), que se convirtieron en partes civiles. “Hugo V.G. ha hecho de volar su verdadera forma de vida y forma parte de las redes de vuelos tradicionales más rentables. El robo debe costarle más de lo que le reporta”, tronó el fiscal, que había solicitado 15 meses de prisión con orden de procesamiento.

Confundido en sus declaraciones ante el tribunal, el sospechoso aseguró durante su investigación de personalidad que nunca había tenido ningún trato con la ley a pesar de sus condenas anteriores y recientes. Un relativismo de sus acciones que llevó a la Fiscalía a insistir en la necesidad de “neutralizar” a un individuo peligroso, que ataca con un cuchillo al propietario del coche que está extrayendo cuando es sorprendido in fraganti… Y que, sobre todo, , no entiende que “si se produce un incendio o una emergencia grave que ponga en peligro la vida al día siguiente de su vuelo, los camiones de bomberos no pueden ponerse en marcha”.

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Apodado Portos, Hugo V.G. Era conocido en el barrio como el traficante cojo de combustible robado. Su actitud poco convincente y las denuncias de los vecinos, que mantuvieron el anonimato por temor a represalias, lo confundieron y ofrecieron el citado gasóleo robado, alardeando de haberlo robado a los bomberos de Gironda. Según Guillaume Sapata, abogado del SDIS 33, el condenado que fue detenido en posesión de varios tapones de depósitos de camiones de bomberos, impulsó el tráfico de combustible en Bacalan, organizado en particular a través de Snapchat.

Guillaume Sapata pidió así el reembolso íntegro de los litros de combustible robados a los bomberos, es decir, 8.827 euros, y un euro simbólico por su daño moral, además del reembolso de las costas judiciales de su cliente. El agente judicial del Estado, que representó a la Dira, obtuvo el aplazamiento de la evaluación de sus daños hasta el 15 de febrero de 2024. La persona atacada con cuchillo, ausente durante la audiencia, no se había convertido en parte civil.