La crisis del Covid definitivamente ha terminado. De hecho, la Liga Nacional de Rugby ha registrado resultados financieros crecientes para la temporada 2022/2023. “Los ingresos de explotación acumulados aumentaron un 6% hasta alcanzar los 544 millones de euros, el nivel histórico más alto”, saluda la Liga en su comunicado de prensa. Cifras que “atestiguan la vitalidad de los clubes y el atractivo de los campeonatos Top 14 y Pro D2”.
En detalle, este aumento está impulsado «principalmente por un crecimiento de dos dígitos en los ingresos por venta de entradas y asociaciones/hotelería, acompañado por el aumento de los pagos de la LNR». Otra excelente noticia: “la facturación media de los clubes nunca ha sido tan alta”. Respectivamente 28,4 millones de euros en el Top 14 y 9,2 millones de euros en Pro D2.
Sin embargo, el resultado operativo consolidado se sitúa en -73 millones de euros. “Una pérdida neta reducida a -44 millones de euros gracias al apoyo de los asociados.” Las razones son múltiples, entre ellas “el impacto de la inflación en los costes operativos, el fin de la contabilización de las ayudas estatales vinculadas al Covid y las ambiciosas y comprometidas estrategias de inversión de los clubes”. Los salarios de los jugadores, por su parte, son casi estables.