Habrá un antes y un después de la reforma de las pensiones. Este es en cualquier caso el deseo de la intersindical que, después de haber mostrado un frente unido durante toda la secuencia de movilizaciones entre enero y junio, quiere continuar por este camino. “No queremos volver a la rutina sindical de antes”, confió la secretaria general de la CFDT, Marylise Léon, en una entrevista conjunta con su homóloga de la CGT, Sophie Binet, concedida este domingo para el primer número de La Tribune Dimanche.
«La cuestión de las pensiones no está resuelta, pero la movilización ha cambiado la situación», considera el jefe del primer sindicato francés. “Entre nosotros, las palabras no dichas se han disipado. Aceptamos más nuestras diferencias”, añade la sucesora de Laurent Berger, todo en su deseo de mostrar un rostro de unidad. Entrevistada el domingo por La Tribune junto a su homóloga, Sophie Binet comparte la misma onda y subraya las ventajas de esta estrategia. “Cambia las negociaciones con los empresarios y con el gobierno. Ya no pueden elegir a sus interlocutores como les conviene, puesto que estamos unidos. Coincidimos en los temas, aunque, por supuesto, hay desacuerdos y diferencias en el enfoque”, explica el ex asesor principal de educación (CPE), que asumió la dirección de la central de la CGT en marzo en Philippe Martinez.
Esta cohesión sindical está simbolizada en cualquier caso por la jornada de huelgas y manifestaciones del 13 de octubre, organizada por la intersindical bajo el lema “Contra la austeridad, por los salarios y la igualdad de género”. Para Sophie Binet, esta movilización, que podría afectar al transporte, a la salud o incluso a la educación, «permitirá obtener avances antes del 16 de octubre y de la conferencia social» prometida por Emmanuel Macron.
Una conferencia social, centrada en los bajos salarios y las “ramas por debajo del salario mínimo”, de la que los sindicatos esperan mucho. «Esta conferencia no puede ser un encuentro en vano», afirma Marylise Léon, reiterando su deseo de «sancionar» a las empresas «que no siguen el juego» de los aumentos salariales. Por ejemplo, eliminando las “exenciones de cotizaciones”. En la misma línea, Sophie Binet avanza la propuesta de la CGT de “condicionar los 200 mil millones de euros de ayuda pública de los que se benefician las empresas cada año”. Así como el de “indexar los salarios a los precios”.
Invitado este domingo al mediodía al programa «Cuestiones políticas» de France Inter, el jefe de la central eléctrica de Montreuil estimó que la indexación de los salarios sobre los precios era «el único mecanismo eficaz para mantener el poder de compra». “Vamos a pedir medidas vinculantes. No hay duda de que saldremos de esta conferencia con grandes efectos de anuncio y comunicación”, afirmó.