El acuerdo celebrado entre sindicatos y empresarios sobre la gestión de las pensiones privadas complementarias (Agirc-Arrco) despierta la ira del gobierno. El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, criticó el jueves a los interlocutores sociales por «nuevos gastos», que «ponen en peligro el equilibrio de la reforma de las pensiones» y la «credibilidad de las finanzas públicas». Durante la noche del miércoles al jueves, después de cinco semanas de negociaciones, las organizaciones patronales y sindicales que cogestionan Agirc-Arrco llegaron a un acuerdo sobre la gestión de cuatro años de este fondo complementario para ex empleados del sector privado.
Profitant des excédents du régime, ils ont notamment décidé de revaloriser les pensions complémentaires de 4,9% au 1er novembre – à hauteur de l’inflation – et de supprimer le «malus» de 10% qui incitait les salariés à décaler leur départ d ‘un año. También introdujeron, basándose en el modelo del sistema general, la posibilidad de que los jubilados que compaginan empleo y jubilación mejoren ligeramente sus pensiones. También se mantuvieron unidos en un punto: su negativa total a organizar un “canal financiero” hacia el Estado, que les pedía entre 1.000 y 3.000 millones de euros anuales hasta 2030 para ayudar a financiar el aumento de las pequeñas pensiones previsto por la pensión. reforma y el “retorno al equilibrio” del sistema de pensiones en general.
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La negociación conjunta «sigue la reforma de las pensiones, necesaria para la sostenibilidad del sistema de jubilación», recuerda Olivier Dussopt en una reacción enviada a la prensa. “En este contexto, el Estado ha resaltado la importancia de garantizar que los efectos financieros de la reforma permitan alcanzar el equilibrio en el sistema de pensiones para 2030”. “La reforma generará 1.200 millones de superávits para Agirc-Arrco hasta 2026. Este efecto de la reforma no estaba destinado a nuevos gastos”, juzga.
“Sin embargo, en su acuerdo, los interlocutores sociales decidieron nuevos gastos, financiados con los rendimientos de la reforma de las pensiones y no definieron un mecanismo de solidaridad que permita proteger estos rendimientos. Esta decisión pone en peligro el equilibrio de la reforma y la credibilidad de nuestras finanzas públicas”, afirmó el ministro. En su acuerdo, los interlocutores sociales abren el camino a un futuro impulso a las pensiones pequeñas, pero sólo dirigidas a los beneficiarios de Agirc-Arrco. Un artículo prevé la creación de un “grupo de trabajo conjunto” para definir “medidas de solidaridad” internas antes de finales del primer semestre de 2024, sin mencionar directamente las bajas pensiones.