Más vale tarde que nunca. La Cinémathèque, aunque no escatima en homenajes, finalmente ha decidido dedicar una retrospectiva a la obra de Pascal Thomas. Hasta el 14 de octubre, un soplo de aire fresco recorrerá las salas de Bercy. El público descubrirá a estudiantes de secundaria de Poitou soñando con rubias suecas, jóvenes aburridas de vacaciones en el campo, adúlteros alegres y grandes desamores que no duran. Thomas, que nunca se toma a sí mismo en serio, lanzó a Bernard Menez, popularizó una canción de Paolo Conte y volvió a poner de moda las adaptaciones de Agatha Christie.

Eso no es nada. No hay nada serio en él. Es un moralista al estilo Chardonne, un diletante al estilo Léautaud. Sus títulos ya son programa, Les Zozos, Pleure pas la bouche completo. Confidencias para confidencias es la desgarradora crónica de tres hermanas sacudidas por la vida. Su nueva película, Le Voyage en pijama (estrenada el 17 de enero), sumerge a su excéntrico héroe en una Francia que recorre en bicicleta, en barco o en scooter. El azar juega un papel significativo en este recorrido por antiguas conquistas donde se cruzan el fantasma de Dino Buzzati, una cita de Auguste Renoir y la memoria de una provincia cuyo aroma impregna cada imagen. Humor y emoción. Pascal Thomas sigue siendo ese niño que perdió a su padre a los 7 años y fue enviado a un internado.