«Mi nombre es Rodney…, Rodney Bond». La famosa forma de presentarse de 007 podría haber perdido su teatralidad. En una nueva biografía titulada Ian Fleming, el hombre completo, el novelista Nicholas Shakespeare (Premio Somerset-Maugham 1990 por La visión de Elena Silves) afirma que el creador de 007 no habría elegido en el último momento el nombre de su héroe por consejo de su hermano Peter Fleming.

Esta nueva obra, dedicada a la vida y obra del padre del mejor agente de Su Majestad, saldrá en las librerías inglesas el próximo mes de octubre. Según nuestros colegas británicos del Times, que pudieron leer las páginas correctas de la biografía, Rodney es, por tanto, un ser de carne y hueso que realmente existió. Y mejor que eso, se dice que salvó la vida de Peter Fleming, el hermano mayor de Ian, durante una peligrosa misión en Grecia en 1941 contra la Wehrmacht alemana. En una situación desesperada, herido por una explosión, el oficial del ejército británico Peter Fleming todavía tenía fuerzas para enviar un SOS codificado al MI6.

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Este mensaje cifrado será procesado -y aquí es donde la ficción se mezcla con la realidad- por un hombre llamado Rodney Clarence Mortimer Bond, teniente del famoso servicio de inteligencia inglés, con base no muy lejos de la isla de Creta. Al darse cuenta de inmediato de la gravedad de la situación, Rodney Bond solo escuchó su coraje. En un sencillo barco de pesca, vendrá a rescatar a Peter Fleming en peligro.

Al servicio secreto de Su Majestad de Peter Hunt en 1969, basada en la novela de Ian Fleming, con George Lazenby, Diana Rigg…

Cuando comenzó a escribir sus primeras novelas de espías a principios de la década de 1950, Ian Fleming inicialmente buscó un nombre que sonara bien, que representara la fuerza vital, para su héroe invencible. El apellido Bond fue sugerido por su hermano mayor Peter, él mismo un escritor de viajes. Y como se puede adivinar, este Rodney Bond, héroe anónimo de la Segunda Guerra Mundial, siguió siendo inolvidable para él.

Ian Fleming, por pudor o por gusto al secretismo, dio otra versión. Dijo que fue leyendo una obra del ornitólogo estadounidense James Bond que decidió el nombre de bautismo de su superagente secreto… Ahora esperamos con impaciencia leer la biografía de Nicholas Shakespeare porque la verdad no puede esperar más. .